Muchos
militantes (y algún dirigente) de la
izquierda clásica están
dedicando duros comentarios contra Podemos por
las redes sociales y otros medios. Los más polémicos han sido los
de Willy Toledo, pero ha habido otros como los de Javier Parra, etc.
Por eso, un poco cansado ya de tanta crítica a mi juicio más
destructiva que constructiva, me decidí a escribir estas líneas.
Antes
de nada, decir que siento el máximo respeto tanto por Willy Toledo,
que dejó su acomodada carrera de actor para defender sus ideales
(¿cuántos de los que le critican pueden
decir eso?) y ha luchado de manera ejemplar durante años junto a los
pueblos palestino y saharaui, entre otras cosas; y por Javier Parra,
gran cuadro formado desde la base del PCPV.
Willy
Toledo manifestó que el discurso de Podemos está vacío de
contenido e ideología, que no son ni de izquierdas ni de derechas.
Criticó el cinismo de sus líderes por ocultar su ideología para
arañar votos y que que el partido está lleno de anticomunistas,
capitalistas y arribistas. Javier Parra explicó, en referencia al
concepto 'casta', tan utilizado por Podemos, que no vivimos en un
sistema de castas sino en uno de clases sociales, donde una clase
dominante acumula el poder económico y político y controla los
medios de producción, sometiendo a la clase explotada, la
trabajadora. Hay críticas más duras pero creo que con lo que he
expuesto es suficiente.
En
la estrategia política es imprescindible un buen análisis de la
sociedad para definir el modo de actuar. Podemos lo ha hecho mejor
que nadie y los demás deberíamos aprender.
¿Cuál
es la realidad de nuestra sociedad? Primero debemos identificar algo
que los marxistas denominamos como superestructura, erigida sobre la
base económica (infraestructura) y utilizada por la clase
dominante para inculcar su ideología y costumbres a la clase
dominada hasta que ésta las tome como propias. Una
de esas herramientas constructoras de ideología, probablemente una
de las más poderosas, es la televisión.
Debemos
tener claro que la clase dominante ha conseguido su propósito. Ha
logrado que gran parte de la clase trabajadora identifique a
Venezuela y a Cuba como dictaduras; identifique el socialismo y la
izquierda con el PSOE o con regímenes dictatoriales; crea que
democracia es votar una vez cada cuatro años o no se identifique a
ella misma como trabajadora ni como clase.
Un
elemento muy importante es el lenguaje. Hay palabras y símbolos que,
aunque nos duela en el alma, están perdidos. Lo están porque la
clase dominante se los ha cargado a base de decenas de años de
inculcar su ideología a la clase trabajadora. Esto se ve claramente
en nuestra sociedad. En España no puedes presentarte a unas
elecciones con la hoz y el martillo o hablando de la dictadura del
proletariado, aunque tengas toda la razón del mundo y tu discurso
sea brillante, y pretender ganarlas. Aunque la dictadura del
proletariado represente la democracia para la mayoría del pueblo y
el comunismo sea el sistema más igualitario, una parte
de los trabajadores no lo acepta. A la que digas ciertas palabras
dejarán de escucharte. Lo siento pero esto es así, como decía José
Luis Sampedro, no porque la gente sea tonta, sino porque está
manipulada.
Pero
debemos llegar a esta gente de alguna manera. Necesitamos que
nos voten. La
izquierda clásica lleva intentándolo cuarenta años sin
demasiados resultados. Podemos, con sus errores y sus aciertos, lo
está intentando con otro lenguaje más directo, evitando esas
palabras perdidas. Hay gente a la que le duele esta
estrategia. Y es normal porque nos encantan nuestros símbolos y
nuestros términos, pero se trata de tomar el poder, y creo que la
mayoría hemos asumido que el primer paso para tomar el poder es
ganar las elecciones. Por lo tanto, aunque nos duela, no podemos
seguir aferrándonos tanto a esos elementos que nos hacen perder
antes de empezar.
En
las numerosas ocasiones que he visto en televisión a Pablo Iglesias,
Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero, les he oído decir cosas
como: “En España manda Botín”, “Nuestros representantes
políticos son mayordomos de los bancos”, “Las empresas del
Ibex35 han aumentado sus beneficios mientras los trabajadores se
empobrecen”, “Hay que hacer una reforma fiscal para que paguen
los ricos”, “Hay que hacer una auditoría de la deuda”, “En
este país aumentan los beneficios de las grandes empresas mientras
se roba a los trabajadores”, “Basta de poner los intereses de los
bancos por delante de los de las familias”, “Hay que reformar el
código penal para que los defraudadores vayan a la cárcel”, “Los
medios de comunicación alimentan el bipartidismo”, “Los
representantes gobiernan para una minoría poderosa económicamente y
contra las mayorías sociales” y un largo etcétera. En una
ocasión, en un debate con Rubalcaba, Pablo Iglesias defendía la
nacionalización de las eléctricas, por ejemplo.
Creo
que es fácil adivinar, con los ejemplos citados, si Podemos es de
izquierdas o de derechas. Tampoco creo que haya un discurso vacío ni
que se esté escondiendo la ideología del partido, sólo se está
utilizando otro lenguaje para manifestarla. Un lenguaje sin esas
etiquetas o palabras malditas, un lenguaje que puede ganar elecciones
y tomar el poder. ¿Acaso no se identifica a la clase dominante y la
enfrenta a la trabajadora? ¿Acaso no dice que hay que gobernar
favoreciendo los intereses de los trabajadores y no los de una
minoría oligárquica? No como a nosotros nos gustaría, pero lo
dice. Los medios han distorsionado conceptos como 'socialismo' o
'izquierda', lo que ha propiciado que mucha gente no se identifique
con ellos aunque tenga, en el fondo, un pensamiento de izquierdas.
Sin embargo, sí se identifica con el discurso de “que paguen los
ricos”, “preservemos los servicios públicos”, etc. Si seguimos
utilizando los mismos términos, excluiremos a toda esta gente. No
podemos pedir que nos voten porque somos de izquierdas, hay que
cambiar el discurso sin perder nuestra esencia.
Para
terminar con esta parte citaré un fragmento de un artículo titulado
“Ni de izquierdas ni de derechas” del blog “Les Communards”.
Dice: “los comunistas nunca nos hemos definido como de izquierdas,
y no apuntamos a la dicotomía izquierda-derecha sino al conflicto
pueblo/élites o clases oprimidas/clases opresoras. No encontrarás
en ningún texto de Lenin, Marx, Trotski, Stalin, Fidel Castro, el
Che o Mao que estos se autodefinan como "de izquierdas" o
que centren sus ataques en la derecha.”.
Es
cierto que en Podemos hay anticomunistas y capitalistas. Pero es
lógico que los haya. ¿Qué conocen gran parte de los trabajadores
españoles del comunismo? Lo que dicen los medios. Osea, nada bueno.
Han adoptado la ideología del opresor. Podemos, al utilizar otro
lenguaje, ha evitado definirse de la forma clásica, llegando a más
gente pero también creando este escenario. Pero, ¿Qué debían
hacer? ¿Utilizar el mismo lenguaje de siempre? De ese modo no
habrían logrado apenas apoyo y el bipartidismo ni se habría
inmutado. Dado el peso que tiene la ideología dominante en el grueso
de la clase obrera, es muy difícil cambiar ciertos razonamientos
(por muy simples que sean de desmontar) y mucho menos de un día para
el otro. Son muchos años de manipulación. Esto puede sonar
clasista, pero creo que años y años de PP y PSOE en el gobierno lo
demuestran. Si esto no fuese así, Podemos no existiría. Primero
debemos tomar el poder y después cambiar la superestructura; y
para tomar el poder hay que hacer entender a los trabajadores,
especialmente a los no formados en marxismo y ciencia política, que
tenemos los mismos intereses y debemos echar a una minoría
privilegiada que nos roba día a día. Etiquetas como izquierda o
derecha son secundarias. Hay que actuar como lo que somos, el pueblo.
Así de simple. Y digo que son secundarias porque, como se está
demostrando con Podemos, estas etiquetas se han vuelto
contraproducentes (recordemos que 'izquierda' se asocia al PSOE).
Además, los trabajadores, en el fondo, tienen mentalidad de
izquierdas ya que es la que favorece sus intereses (mejora de los
servicios públicos, más derechos laborales, etc). Un trabajador
anticomunista o capitalista es absurdo, algo que existe gracias a la
manipulación de los medios. Con formación y tiempo se solucionará
siempre y cuando hayamos tomado primero el poder.
Por
otro lado, es evidente que no vivimos en un sistema de castas sino en
uno de clases sociales. Los dirigentes de Podemos lo saben. Surge
aquí de nuevo el problema del lenguaje y la manipulación de la
clase dominante, que repite y repite que la clase trabajadora ya no
existe, que los empresarios también son trabajadores, etc. Cosas
fácilmente rebatibles pero que no llegan a todos si utilizamos
compleja terminología marxista. Recordemos que Lenin hablaba de
“pan, paz y tierra” cuando se dirigía a las clases populares, no
de expropiar y socializar los medios de producción con los que la
clase dominante somete y explota a la clase trabajadora. El lenguaje
ha de ser claro, directo y emocional. No podemos contraatacar siempre
utilizando términos como “lucha de clases” o “medios de
producción”. La historia nos demuestra que no funcionan y no
tenemos tiempo para explicarlos en los medios de masas. Hemos de ser
más cercanos y directos. Podemos lo ha visto y de ahí viene la
palabra “casta”, que no significa clase social pero puede servir
para que muchos trabajadores empiecen a entender mínimamente cómo
funciona el sistema capitalista. Ya se irá enriqueciendo el mensaje
con el tiempo.
Por
supuesto que hay fallos o ciertos vacíos en el discurso que han
provocado, por ejemplo, que parte de los votantes o simpatizantes de
Podemos identifiquen a IU con la casta. También los medios han
ayudado. Esto habrá que trabajarlo y ojalá sea conjuntamente.
Podemos
ha abierto un nuevo camino que la izquierda tradicional ha de
aprovechar. Gente como Julio Anguita o Alberto Garzón no ven en
Podemos a un enemigo, sino a un aliado que quizás nos ha hecho ver
cuáles han sido nuestros fallos comunicativos. Yo pienso lo mismo.
En lugar de criticarnos tan duramente, deberíamos estar trabajando
ya, como dice Julio, en un programa mínimo común que aglutine a la
mayoría. Un programa del pueblo.
Toni
Velasco (@avelasgar)