Todos
hemos oído hablar en la mayoría de nuestros “objetivos” y
“plurales” medios de comunicación de la terrible dictadura
instaurada en Corea del Norte y sus múltiples y constantes
violaciones a los derechos humanos.
Fuentes
surcoreanas anónimas de dudable fiabilidad nos han ido informando
acerca de los terribles actos de barbarie llevados a cabo por parte
del susodicho régimen, que van desde la existencia de inhumanos
campos de trabajo para los disidentes, hasta absurdas limitaciones de
cortes de pelo o incluso la prohibición a las mujeres norcoreanas a
circular en bicicleta. ¿Cómo podríamos dudar de la veracidad de
los medios surcoreanos cuando el Secretario General de la ONU es,
casualmente, ciudadano de dicho país?
Sin
embargo, a veces nos inquietan noticias que casi son un insulto a
nuestra inteligencia. El pasado 26 de diciembre apareció una noticia
donde se nos decía que Corea del Norte estaba reforzando los
controles en sus fronteras. En ella se nos muestra la imagen
siguiente:
Pero,
¿Qué hay de extraño en esta fotografía? Bueno, si Corea del Norte
está reforzando sus fronteras, ¿Por qué en la imagen aparecen
agentes surcoreanos y un militar estadounidense? Vemos
que la manipulación es evidente y la fuente de la noticia no tiene
rigurosidad alguna.
Dejando
de lado la situación de Corea del Norte (al cual llaman el país más
hermético del mundo, pero del que cada semana tenemos nuevas
noticias), en este artículo hablaremos de una serie de
acontecimientos sucedidos en Corea del Sur que los medios españoles
y mundiales no han querido mostrar.
Se
trata de la que ya es la huelga más larga de la historia de Corea
del Sur. Todo comenzó cuando los trabajadores de la Corporación
Ferroviaria de Corea del Sur (KORAIL), empresa estatal profundamente
endeudada, se percataron de que el gobierno quería introducir una
filial de dicha empresa para gestionar una nueva línea de trenes de
alta velocidad del país e intentar así, según el gobierno,
minimizar los gastos de este servicio. Los sindicatos, sin embargo,
creyeron que dicha medida acabaría derivando en la privatización
del servicio, despidos masivos y la subida del precio de este
transporte.
Miles
de trabajadores sindicalizados de esta empresa acudieron a la huelga
que dura ya unas tres semanas. Todos sabemos que el derecho a huelga
es fundamental en la Constitución de cualquier país que se diga
democrático. Sin embargo, la empresa ha despedido a más de 7.600
trabajadores por su adhesión a la huelga y ha negado que la filial
tenga nada que ver con la privatización del sector.
Pero
no acaba ahí la cosa, sino que además se han emitido órdenes de
detención contra líderes sindicales por instigar a lo que el
Gobierno llama una “huelga ilegal”, por lo que actualmente estos
sindicalistas se ven obligados a actuar en la clandestinidad. La
policía de Corea del Sur allanó las oficinas del sindicato de
KORAIL, incautando documentación diversa. Además, el Gobierno ha
prometido medidas contra los trabajadores que secunden la huelga.
Por
otra parte, el Sindicato de Trabajadores de Carga de Corea del Sur
(sindicato de camioneros) se solidarizó con los trabajadores y
sindicalistas de KORAIL, negándose a transportar las cargas de los
trenes a modo de protesta contra el Gobierno. Los trabajadores del
metro de Seúl también se pusieron del bando de los huelguistas de
KORAIL. La Federación General de los Sindicatos de Corea (sindicato
de Corea del Norte) también mostró su apoyo a los trabajadores
surcoreanos en esta huelga.
Esta
huelga continúa. El pasado 28 de diciembre, decenas de miles de
personas participaron en una manifestación en Seúl para evitar que
el Gobierno crease la filial de la empresa KORAIL, que pretende
controlar la nueva línea ferroviaria. Lamentablemente, pocos (o
ningún) medios de comunicación se hicieron eco de la noticia.
Manifestación convocada en Seúl el 28 de diciembre
En
esta huelga, además, el Gobierno no dudó en movilizar a la policía
y reprimir a los manifestantes utilizando gases lacrimógenos. Toda
una lección de democracia.
Nos
sorprende que tras esta cadena de graves acontecimientos ocurridos en
la democrática Corea del Sur, los medios españoles e
internacionales apenas hayan informado, cuando, por el contrario, no
parecen tener problemas para generar noticias y polémica a partir de
fuentes que, diciéndolo de modo amable, podrían no ser demasiado
fidedignas.
Episodios
como el descrito en este artículo, dejan en evidencia que los
grandes medios de comunicación no son objetivos ni plurales, sino
que pertenecen a una élite con intereses concretos y contrapuestos a
los del pueblo. Esta élite, haciendo uso de los medios que ellos
controlan, tergiversan y manipulan los hechos de tal manera que sus
intereses no se vean afectados o cuestionados. Como dice el
Presidente de Ecuador Rafael Correa: “Desde
que se inventó la imprenta, la libertad de prensa es la voluntad del
dueño de la imprenta”.
En
este artículo hemos mostrado un caso, pero existen decenas de
ejemplos que explicitan la desvergonzada manipulación mediática
existente, la cual es utilizada para atacar y desprestigiar cierta
clase de sistemas o ideologías que van en contra del sistema
capitalista impuesto en la mayor parte del mundo.
Parece
que aún no se divisa una solución para este conflicto. Pase lo que
pase, lo que sabemos con toda seguridad es que los medios de
comunicación mostrarán lo que más convenga a sus dueños y que en
ningún caso será la información objetiva de los hechos sucedidos.
No
lo decimos nosotros, Malcolm X fue quien dijo aquello de “Si
no estáis prevenidos ante los Medios de Comunicación, os harán
amar al opresor y odiar al oprimido”.
Silvia
Perelló (@silvia_perello) y Toni Velasco (@avelasgar)