martes, 23 de diciembre de 2014

HEPATITIS C, UN MERCADO NO RENTABLE


Los enfermos de Hepatitis C, hartos de la pasividad del gobierno, han decidido pasar a la acción. A pesar de que existe un tratamiento efectivo en un 90% contra la enfermedad (la terapia con el fármaco Sovaldi) financiado públicamente, el gobierno lo administra a muy pocos pacientes, que además, tardan semanas en recibirlo. Esto ha provocado que varios afectados por esta enfermedad que se cobra 12 vidas al día en nuestro país (unas 4.000 en 2013), organizados en la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC), se encerraran el pasado 18 de diciembre en el hospital 12 de Octubre de Madrid. Todavía hoy siguen allí.

Se estima que en España hay alrededor de 800.000 afectados por la enfermedad y unos 35.000 cirróticos. La Plataforma de Afectados pide que, al menos, se facilite el tratamiento a los cirróticos, ya que son los pacientes más graves. Se estima que el tratamiento cuesta 25.000 euros, lo que hace pensar que es su coste lo que está provocando su lenta aplicación. De hecho, el Ministerio de Sanidad ha asegurado, ante la presión de la PLAFHC, que ha financiado 175 tratamientos y que sólo queda presupuesto para otros 200. Cifras no obstante irrisorias al lado de los miles de enfermos que necesitan atención urgente.

Tratar a esos 35.000 pacientes costaría unos 875 millones de euros. Esto puede parecernos una millonada pero, aunque objetivamente es mucho dinero, deberíamos tener en cuenta otros gastos del Estado Español: 1) La indemnización de 1.350 millones a ACS, empresa constructora con sociedades en paraísos fiscales de Florentino Pérez, por el Caso Castor. 2) 11.000 millones que el Estado da a la Iglesia cada año, a la cual, además, perdona el IBI. 3) El rescate a los bancos de unos 100.000 millones. 4) 36.000 millones en intereses de una deuda que en su mayoría no hemos provocado los ciudadanos sino los bancos privados rescatados. 5) Más de 6.000 millones malgastados por las administraciones en obras públicas faraónicas hoy inutilizadas y que se hicieron únicamente para beneficiar a los amigotes del gobierno. Viendo esto, ¿qué son 875 millones cuando se trata, además, de salvar miles de vidas humanas?



Un gobierno que le niega la medicación a los necesitados, causando que 12 de ellos mueran al día, es un gobierno miserable que no está al servicio de los que no pueden pagar un tratamiento de 25.000 euros (la inmensa mayoría de los españoles), sino al servicio de los que sí pueden pagárselo, al servicio, en definitiva, de los poderosos. Si defendiese a la mayoría popular, removería cielo y tierra para obtener esos 875 millones de euros y no habría destinado miles y miles de millones a esos 5 ejemplos que cité anteriormente.

Existe un país, sin embargo, que a pesar de no contar con grandes recursos económicos y tener muchos problemas, ha costeado operaciones por valor de decenas de miles de euros a los ciudadanos que lo han necesitado sin que nadie se haya tenido que encerrar en un hospital a modo de protesta. Un caso es el de una chica de 17 años a la que diagnosticaron ramificaciones vasculares múltiples en el hemisferio derecho del cerebro. Debido a la imposibilidad de tratarla en su país de origen, el gobierno, lejos de dejarla morir, pagó el tratamiento en Europa, los billetes de avión de ella y su madre y todos los gastos. Se invirtieron un total de 26.000 euros. Otro caso es el de un paciente con cáncer de columna, para el que el gobierno lleva invertidos 200.000 euros. Pero hay muchos otros casos de pacientes de este país tratados en todo el mundo.

Qué agradecidos estaríamos los españoles con un gobierno que se preocupase tanto por nosotros, ¿verdad? Pues resulta que para los ciudadanos del país en cuestión, recibir atención médica gratuita sin importar cuánto debe invertir el gobierno es algo normal. ¿Cómo puede un Estado dejar morir a un ciudadano que no puede costearse una operación médica? Es inadmisible.


Por cierto, ese país se llama Cuba.

lunes, 22 de diciembre de 2014

LA OPERACIÓN PANDORA Y LA LEY MORDAZA, SÍNTOMAS DE LA DESINTEGRACIÓN DEL RÉGIMEN DEL 78


La madrugada del pasado 16 de diciembre se dio una nueva estocada al movimiento libertario. 450 Mossos de Esquadra se movilizaban en la Operación Pandora, coordinada por la Audiencia Nacional, y asaltaban diversos domicilios y la mítica casa ocupa la Kasa de la Muntanya en Barcelona y otro domicilio en Madrid. El resultado eran 14 detenidos y la confiscación de libros, libretas y aparatos electrónicos. ¿El pretexto? El de siempre: se acusa a los detenidos de pertenecer a una organización terrorista anarquista que, según dicen, ha protagonizado diversos atentados con explosivos en sucursales bancarias (¿?).
Por otro lado, es por todos conocido que en breves entrará en vigor la famosa Ley Mordaza, la cual, pretende sancionar económicamente a quienes, entre otras cosas, graben a la policía, ocupen bancos, intenten parar desahucios o se manifiesten ante el Congreso, Senado o parlamentos autonómicos. Esta reforma del código penal ha levantado grandes críticas pero el PP ha decidido seguir adelante con ella, a pesar de no contar con apoyos de ningún otro partido.
Ambas acciones tienen un mismo propósito: amedrentar a una población cada vez más pobre y desesperada por la crisis que empieza a ver que las cosas no funcionan tan bien como creían o como les habían dicho.

A lo largo de estas últimas tres décadas, la clase dominante ha podido mantenerse más o menos fácilmente en el poder a través de la monarquía, el bipartidismo y demás organismos favorables a sus intereses. No ha necesitado recurrir a otros métodos. Sin embargo, el bipartidismo y las viejas estructuras del Estado empiezan a estar cuestionadas en la actualidad debido a la profunda crisis económica, el empobrecimiento y la pérdida de derechos de la clase trabajadora y otros factores, los cuales han provocado un amplio descontento.
Si la historia nos ha enseñado algo es que cuando la clase dominante ve peligrar su posición y sus privilegios empieza a utilizar métodos más duros para mantenerla. Y dos ejemplos de esto son, a mi parecer, la Ley Mordaza y la Operación Pandora. No obstante, también son muestras de que el régimen del 78 empieza a quedarse obsoleto y que tiene que ser superado. Ya no nos vale. Cada vez más gente lo percibe, lo sabe. La máscara del régimen está empezando a caer y la hegemonía construida por la clase dominante se agrieta poco a poco. Ante esta situación, la clase dominante no puede hacer otra cosa que aferrarse al poder intimidando al pueblo con leyes anticonstitucionales y llamando terroristas a aquellos que se rebelan: los manifestantes y los grupos alternativos y anticapitalistas.
Otra herramienta son los medios controlados por las élites. Estos intentan convencer a la opinión pública de que la represión policial es la única opción. No son pocos los que utilizan desproporcionadamente el término ‘terrorismo’ para justificar los registros y la criminalización de estos grupos alternativos. Su mensaje es claro: hay que detener a los terroristas que atentan contra la democracia. ¿Es que puede decirse democrático un país que viola los derechos humanos de sus ciudadanos y la propia Constitución día tras día mientras hace más ricos a los que más tienen? ¿Quién es el terrorista, el que aprueba leyes y recortes que provocan miseria, marginación y muerte en la sociedad o quien lucha contra el Estado promotor de dichas leyes? Las élites saben que en este momento crítico deben utilizar el discurso del miedo. Es lo único que les queda para aguantar en el poder mientras encuentran una solución.
Esta situación de desmoronamiento de lo viejo ha de ser estudiada por la clase oprimida, la trabajadora, para intentar, de manera organizada, contraatacar y plantar cara a aquellos que no buscan otra cosa que mantenerse en el poder a costa de la explotación, el robo y el sometimiento de los trabajadores. Tarde o temprano, si no se le derriba, el régimen hará su lavado de cara (Pedro Sánchez es la muestra de ello) y la clase opresora conseguirá conservar su posición predominante unos años más, mientras los trabajadores seguimos sufriendo una explotación interminable.


@avelasgar

miércoles, 10 de diciembre de 2014

YO NO ME ALEGRO DE LA MUERTE DE LA DUQUESA DE ALBA


Ha muerto Cayetana de Alba, la aristócrata con más títulos nobiliarios del mundo y poseedora de una fortuna de 2.800 millones de euros, a los 88 años. Este suceso ha propiciado que la inmensa mayoría de medios nos inunden con relatos de lo buena, amable, campechana y gran persona que era la Duquesa de Alba y, por supuesto, nos oculten otras muchas cosas.
¿Qué nos ocultan? Pues por ejemplo que gran parte de las 34.000 hectáreas que posee la familia fueron conseguidas gracias a Franco y mediante el fusilamiento de miles de jornaleros. Durante la II República, debido a lo mal repartida que estaban las tierras cultivables y viendo que las familias aristócratas que las poseían no tenían intención de producir nada en ellas, se expropiaron dichas tierras y fueron entregadas legalmente a los trabajadores para generar centenares de miles de puestos de trabajo y evitar que el pueblo se muriese de hambre (como ocurría desde hacía siglos). Esta reforma agraria duró poco. Cuando estalló la Guerra Civil, la aristocracia recuperó esas tierras asesinando y torturando a los trabajadores. Es necesario decir, además, que la familia de la Duquesa de Alba fue muy cercana al régimen franquista.
Pero hay muchas otras cosas. La familia de la Duquesa recibe varios millones de euros al año de la UE en concepto de ayudas directas de la Política Agraria Común (PAC) por el mero hecho de tener tierras (las cuales no producen nada ni generan puestos de trabajo), mientras en nuestro país hay 4,5 millones de parados, muchos de ellos viviendo bajo el umbral de la pobreza y sin subsidio alguno. A estas ayudas hay que sumarle otras a las que pueden optar. Por si fuese poco, se permiten el lujo de llamar vagos a los trabajadores andaluces porque reciben un subsidio ínfimo (PER) tras 35 jornadas de trabajo que únicamente les permite sobrevivir el resto del año.
Además, a pesar de tal patrimonio, la familia de la Duquesa de Alba utiliza su propia Fundación o sociedades patrimoniales para obtener desgravaciones fiscales. De hecho se acaba de revelar que el 90% del patrimonio de la Casa de Alba está exento del pago de impuestos. Además, según denunció el Sindicato Andaluz de Trabajadores, la Duquesa de Alba ha tenido gente trabajando de manera irregular, ha incumplido los convenios con los trabajadores e ingresa millones de euros de forma irregular.
Si partimos de la premisa básica de que la sociedad está dividida en clases sociales (explotadores y explotados) con intereses totalmente contrapuestos (unos pagar menos a sus empleados y otros ganar un sueldo mayor), vemos claramente que la Duquesa de Alba pertenecía a la clase explotadora ya que jamás trabajó, sino que vivió del trabajo de los demás. Eso (el vivir del trabajo de otros) es lo que caracteriza a su clase social. Sin embargo, lo que caracteriza a la clase trabajadora es que necesita emplearse para obtener un salario y así sobrevivir. La Duquesa de Alba pertenecía más concretamente a la clase terrateniente, que se beneficia de sus numerosas tierras, no a la clase capitalista que vive de la plusvalía de sus trabajadores (aunque también lo hacía en parte ya que algunas de sus tierras sí se trabajan). En todo caso, se trata de una clase que domina a la trabajadora.
No obstante, no puedo sentir alegría o alivio por su muerte, al igual que cuando murió Botín. No puedo porque otra persona ocupará su lugar y la explotación de la clase trabajadora continuará hasta que seamos los trabajadores organizados los que acabemos con ella. No puedo porque, a pesar de todo el daño que causó, la Duquesa de Alba murió sin haber pagado por ello. No puedo porque gran parte de la clase trabajadora, en su alienación, sigue creyendo los cuentos de hadas que le cuentan los medios pagados por la clase dominante, lo que le hace creer que el explotador quiere lo mejor para el trabajador. No puedo porque mientras los explotadores son tildados de héroes por los medios al morir, se silencia a los miles de trabajadores que se han suicidado por esta crisis, a los que mueren en accidentes laborales o a los que se les priva de los derechos humanos más básicos.
Tenemos circo para días. Las televisiones del régimen nos dirán que la Duquesa de Alba era muy del pueblo, que era simpática, rebelde y que se preocupaba mucho por Sevilla. Lo repetirán hasta que la mayoría de españoles se hagan la imagen de la Duquesa de Alba que pretende crear la clase dominante y no lo que fue realmente: una enemiga de la clase trabajadora que vivió a base de explotarla.

viernes, 28 de noviembre de 2014

5 COSAS QUE DEBERÍAS SABER DEL MURO DE BERLÍN


El pasado 10 de noviembre se cumplieron 25 años de la caída del muro de Berlín y tanto la Alemania de Merkel como occidente en general lo celebraron por todo lo alto. Este muro, llamado Muro de Protección Antifascista por la antigua República Democrática Alemana (RDA) y Muro de la Vergüenza por occidente, fue uno de los elementos más importantes e identificativos de la guerra fría entre EEUU y la desaparecida Unión Soviética. El muro tenía 3,6 metros de altitud y 155 kilómetros de longitud; dividió la ciudad de Berlín durante 28 años (desde 1961 hasta 1989) y su caída supuso el fin de la guerra fría.
Tras la disolución del campo socialista, ha sido mucha la manipulación difundida por los medios capitalistas sobre el muro. Esto se ha hecho por 2 motivos: beneficiar los intereses capitalistas de los dueños de dichos medios e intentar criminalizar el máximo posible a la RDA (estado que construyó dicho muro) y al socialismo y al comunismo en general.
Ahí van 5 cosas que deberías saber del muro de Berlín.
1) El muro rodeaba Berlín oeste, no Berlín este ni la RDA. Es tanta la manipulación de los medios que la mayoría de gente cree que el muro rodeaba el Berlín oriental (RDA) e impedía la salida a los alemanes del este. Tampoco separaba la RDA de la RFA (República Federal Alemana). El muro rodeaba únicamente los territorios del Berlín Occidental (RFA) ocupados por EEUU, Francia e Inglaterra (potencias que hacían todo lo posible por desestabilizar al país socialista) tras la Segunda Guerra Mundial. Esta zona estaba localizada dentro de la RDA, lo cual era muy negativo para el país ya que tenían al enemigo dentro de sus fronteras. La RDA, viendo el peligro que esto suponía, abogaba por la unificación del país y la salida de las tropas extranjeras, EEUU siempre se negó.

El mapa lo muestra con claridad. No eran los ciudadanos de la RDA los que se encontraban rodeados por el muro, sino los del Berlín Occidental. De hecho, las fronteras de la RDA carecían de muros, por lo que los alemanes del este podían escapar hacia otros países.
2) La RDA hizo todo lo posible por evitar construir el muro. Existe la convicción generalizada de que el gobierno de la RDA se levantó un buen día y decidió construir el muro por pura maldad. Esto tampoco es cierto. El muro se levantó tras años de conflictos entre el bloque socialista y las potencias occidentales. Tras la Segunda Guerra Mundial, las potencias occidentales deciden dividir la capital alemana en contra de lo que Stalin pidió en Yalta: una Alemania unificada y desmilitarizada. En mayo de 1949 las potencias occidentales unen los territorios que ocupaban en Berlín oeste y fundan la RFA (con numerosos nazis en el gobierno, servicios de inteligencia, administraciones, etc), incumpliendo los acuerdos de Postdam y Yalta. Unos meses después, y como respuesta a la RFA, nace la RDA, un estado antifascista con un objetivo: el socialismo.
La unificación de Berlín Occidental e incursión en la RFA provocó un bloqueo terrestre de la zona por los soviéticos, creando una enorme tensión entre ambos bandos. Dicho bloqueo se levantaría un año después.
Por otro lado, el enorme crecimiento económico que tuvo la RFA en los años 50 fue posible gracias a la ayuda de las potencias capitalistas. A pesar de las enormes deudas que tenía la RFA (Plan Marshall y otras), las potencias occidentales ayudaron enormemente al país en su reconstrucción (incluso se le perdonaron intereses acumulados de las deudas o se hicieron quitas superiores al 50%), lo que provocó un aumento enorme de su PIB. Esto se hizo por la necesidad de mostrar una RFA rica y próspera, y no pobre como la RDA (que no gozaba de esas ayudas ni por asomo), para evitar que la clase trabajadora se pasase al comunismo.
Estas enormes diferencias económicas entre las dos alemanias provocaron que miles de alemanes orientales, muchos de ellos obreros cualificados, emigrasen al Berlín oeste (RFA) atraídos por su alto nivel de vida. Esto afectaba muchísimo a la RDA ya que había invertido ingentes recursos en la formación de estos trabajadores. También se estableció un comercio transfronterizo entre alemanes orientales y occidentales y dos monedas, lo que afectaba enormemente a la economía de la RDA. Por todo esto, se empieza a hablar de cerrar fronteras en Alemania del este. En 1955 la RDA entra en el Pacto de Varsovia, lo que tensa más la cuerda entre ambos bandos. En 1958, por si fuera poco, la RFA se mete en la investigación armamentística atómica.
La RDA quería una Alemania unificada y sin tropas extranjeras, cosa que sólo aceptaba la Unión Soviética. Las potencias occidentales se negaron a retirar sus tropas del Berlín Occidental por su posición estratégica en el centro del territorio de la RDA. La tensión iba en aumento. La Alemania Oriental propuso decenas de propuestas de colaboración y para acabar con el armamento atómico, la OTAN, etc. para así unificar Alemania y terminar con los problemas derivados de la división (la RDA perdía 3.500 millones de marcos cada año). Las potencias capitalistas occidentales se negaron a negociar la reunificación ya que eso habría ido en contra de sus intereses. La división alemana les iba genial para desgastar a su enemigo socialista.
Fue en 1961, debido a esos y otros problemas derivados, cuando autoridades de la RDA decidieron, como último recurso, levantar el muro y evitar que el país colapsara económicamente hablando. Quizás no fue la mejor decisión, pero no se levantó simplemente para separar a los alemanes como se cuenta hoy.
3) Muchos de los que cruzaban el muro terminaban regresando a la RDA. Es innegable que mucha gente arriesgó su vida por cruzar el muro y que algunos murieron en el intento. Todos lo hemos visto en los medios de comunicación. Lo que no se dice es que parte de los que cruzaban (muchos de forma legal ya que se expedían visados, cosa que tampoco se dice) regresaban a la RDA.
Un ejemplo es lo sucedido en 1984, cuando emigraron a la RFA legalmente 40.000 alemanes orientales. La sorpresa vino cuando 20.000 de estos emigrantes pidieron regresar a la RDA sólo un año después. Los motivos fueron la falta de coberturas sociales de la RFA, la enorme tasa de paro (más de 2,5 millones en esa época) o la falta de compañerismo. En definitiva: habían comprobado lo que era el capitalismo.
4) La caída del muro supuso un brutal expolio a la clase trabajadora alemana oriental. Cuando cayó el muro en 1989, la RDA se integró en la RFA y los oligarcas occidentales se repartieron el patrimonio público de Alemania Oriental. Este patrimonio, erigido gracias a la socialización de los medios de producción, había permitido avances sociales inexistentes en la RFA (ni en la mayoría de estados actuales) como la atención médica y educación gratuitas, viviendas para todos, un empleo seguro, pensiones de vejez o por enfermedad, baja por maternidad de 6 semanas antes del parto y 8 después (con el 100% del salario), igualdad de oportunidades para hombres y mujeres (en 1985, el 50,6% de los alumnos de las 54 facultades de la RDA eran mujeres, y en 1989 el 90% de las mujeres en edad de trabajar lo hacía), aborto libre y gratuito desde 1972, prescripción gratuita de anticonceptivos, y un largo etcétera.
En 1990, la agencia occidental Treuhandanstalt (abreviada como Treuhand) fue fundada para administrar y posteriormente privatizar las empresas públicas de la RDA. Se contabilizaron 8.400 empresas, 25.000 comercios al por menor, 7.500 hoteles y restaurantes y 4 millones de hectáreas cultivables y bosques que daban trabajo a 4,5 millones de alemanes orientales. Esta agencia gestionó también propiedades pertenecientes al servicio secreto (Stasi) y al ejército de la RDA. Este patrimonio fue el que se repartió el gran capital privatizando de forma masiva esas empresas o, en otros casos, destruyéndolas para que no amenazasen a sus competidoras occidentales.
El expolio del enorme tejido social que construyeron los trabajadores de la RDA durante décadas supuso que en 2 años se pasase de un paro inexistente a más del 14% (y siguió aumentando los años siguientes hasta doblar ese porcentaje). En pocos años, de los 4,5 millones de trabajadores sólo quedaba 1,5. El 85% de las empresas se vendieron a empresarios occidentales y muchas otras a capitales extranjeros. Aparecieron entonces la prostitución, la mendicidad, el tráfico de drogas y, en definitiva, la marginalidad, antes inexistente, que todavía hoy persiste y que ha provocado que 2 de cada 3 alemanes que vivieron en la antigua RDA añoren la seguridad y los servicios sociales del país socialista.
5) Existen hoy otros muros que han causado muchísimos más muertos que el muro de Berlín.A todos se nos ha inculcado que el muro de Berlín fue algo horrendo, que su caída dio paso a la libertad y que cosas como esas no deben volver a repetirse. No obstante, hoy existen muros mucho peores. Algunos ejemplos:
a) Las vallas de Ceuta y Melilla, que se han cobrado 279 vidas en 13 años (en el muro de Berlín murieron 79 personas en 28 años).
b) La frontera de México, un muro de 600 kilómetros de longitud que ha causado la escalofriante cifra de más de 10.000 muertos desde su construcción en 1994.
c) El muro israelí, de 10 metros de alto y 5 veces más largo que el de Berlín, ha separado familias y ha destruido el modo de vida de miles de palestinos. El Tribunal Internacional de Justicia de La Haya determinó que violaba el derecho internacional humanitario y debía ser demolido. Israel hizo caso omiso.
d) El muro del Sáhara Occidental, conformado realmente por 8 muros de 2.700 kilómetros de longitud en total que impiden a los saharauis el acceso a las zonas más ricas del Sáhara Occidental. Contiene más de 7 millones de minas antipersona y su construcción la financiaron EEUU y Arabia Saudita. Francia y EEUU se benefician de los recursos del Sáhara Occidental (petroleo, minerales, uranio, etc), mientras los saharauis viven en la miseria.
La existencia de estos muros no es excusa ni justifica las muertes que causó el de Berlín. Simplemente creo que sirve para mostrar la doble vara de medir del sistema actual y para hacer reflexionar al lector. ¿Por qué unos muros se silencian y en cambio se sigue hablando de uno que cayó hace 25 años? Porque a los dueños de los medios (oligarquía financiera) les benefician los muros que silencian (un claro ejemplo es el enriquecimiento de las grandes empresas gracias a los recursos saharauis) mientras que el muro de Berlín (y la RDA y el campo socialista en general) frenaba sus intereses capitalistas. Intereses que, como ya se explicó anteriormente, se vieron cumplidos una vez derribado el muro.
Para terminar hay que decir que, obviamente, la RDA no era el paraíso ni mucho menos, como no lo ha sido ni es ningún país del mundo. La RDA tuvo muchos problemas y se enfrentó a enormes dificultades desde sus inicios. Partió con una gran desventaja con respecto a la RFA debido a que el territorio de la RDA fue el más afectado por la guerra y a que EEUU saqueó zonas bajo control soviético y las traslado a la RFA. Se cometieron errores y seguramente las libertades personales no eran las más deseables. No obstante, se consiguieron derechos sociales que hoy en España, Alemania o EEUU son impensables. La RDA fue una experiencia obrera que tuvo virtudes de las cuales la clase trabajadora debe estar orgullosa y defectos los cuales deben ser estudiados para que no se cometan de nuevo en la siguiente experiencia socialista.

Toni Velasco (@avelasgar)

miércoles, 5 de noviembre de 2014

EL TRATADO DE LIBRE COMERCIO, LA CRISIS CAPITALISTA Y EL DERECHO A DECIDIR


El foco mediático se está centrando estas últimas semanas en la corrupción, la cual ha salpicado especialmente a políticos de PP y PSOE, o en la consulta catalana. Sin embargo, existe una noticia igual o incluso más importante que está pasando totalmente desapercibida en los medios de masas: el Tratado de Libre Comercio entre EEUU y la UE (TLC a partir de ahora).

Se trata, a grandes rasgos, de un acuerdo entre estas dos regiones para reducir impuestos arancelarios a las importaciones y demás regulaciones para así facilitar el comercio entre las mismas. Sus defensores (PP, PSOE, UPyD, CiU y PNV) hablan de que es una gran oportunidad para Europa y que generará dos millones de empleos. Desestimaron, además, la propuesta de la Izquierda Plural para celebrar un referéndum y que fuese la ciudadanía quien decidiese si España debía apoyar el TLC o no.

Llegados a este punto (donde no hemos hecho nada más que empezar), cualquiera se preguntará por qué ni PP, PSOE, UPyD, PNV o CiU ha sacado pecho en público por apoyar este gran proyecto si es tan bueno como dicen.

Si nadie ha sacado pecho, sino que se está negociando en secreto y además los documentos estarán cerrados al público durante 30 años, es porque este acuerdo no va a beneficiar más que a las empresas multinacionales a las que todos estos partidos sirven realmente y cuyos intereses son contrapuestos a los de la clase trabajadora. Casualmente, los medios que ocultan el TLC a la opinión pública están controlados por estas multinacionales.

El TLC supone un avance más en la subordinación ya existente de las democracias nacionales de la UE a una política económica concreta que arrancó tímidamente en las décadas de los 50 y 60 con los primeros acuerdos europeos (CECA, CEE, EURATOM) pero que se intensificó a partir de mediados de los 80 con el Acta Única y Maastricht (Unión Europea). ¿Cuál es esta política económica concreta? La liberalización comercial, o sea la reducción del peso de las fronteras nacionales en relación con la circulación internacional de mercancías y capitales. Tal es la reducción de las fronteras económicas, que para pertenecer a la UE, los estados han de renunciar a parte de sus competencias en política económica, dejando a otros decidir por ellos. Todos hemos oído hablar de la troika, que no es otra cosa que, como bien dice el economista Xabier Arrizábalo, el caballo de Troya para que el FMI dicte la política económica en Europa. Que haya alguien que diga a los estados qué política económica deben implantar socava enormemente la calidad democrática de los países y en casa tenemos un claro ejemplo de esto: la obligación por parte de Bruselas a que España, cambiando el artículo 135 de la Constitución, priorizase el pago de una deuda de capital privado antes que los servicios sociales, educación o sanidad. Esto es lo que facilitó el Tratado de Maastricht, pero el TLC va, como he dicho, más allá.

El TLC pretende pasar por encima de los mecanismos y leyes conseguidas con tanto sufrimiento y esfuerzo por la clase trabajadora para proteger sus derechos laborales, además de otras leyes como por ejemplo las relacionadas con la preservación del medioambiente, privatizaciones, etc. para el beneficio de los grandes conglomerados financieros y empresariales. Los defensores del TLC hablan de libertad de comercio, pero de lo que se trata realmente es de libertad de explotación en favor de esas grandes empresas que esconden decenas y decenas de sociedades en paraísos fiscales.

De aprobarse el TLC, ya no serán los parlamentos democráticos quienes decidirán, sino las multinacionales. ¿Cómo lo harán? Gracias al tratado, si una multinacional cree que un gobierno ha aprobado una ley que va en contra de sus intereses, podrá denunciar a este gobierno y un tribunal internacional dictaminará quién tiene razón. ¿Quién conformará este tribunal? Según han investigado los compañeros de Cafeambllet, las multinacionales tendrán grandes facilidades para imponer un tribunal que les sea favorable.

Existen precedentes al TLC que se está negociando actualmente. Por ejemplo el caso de Australia, donde el parlamento aprobó una ley relacionada con las cajetillas de tabaco. Una vez aprobada, la tabacalera Philip Morris denunció al gobierno y gracias a un tratado muy similar al TLC, la empresa tabacalera ganó el juicio y el gobierno tuvo que anular su ley. Una tabacalera logró tumbar una ley aprobada por un gobierno democrático. Se trata de algo muy serio.

Otro precedente es el tratado NAFTA entre EEUU y México, el cual, después de 20 años, ha supuesto la pérdida de millones de puestos de empleo y el cierre de miles de pequeñas y medianas empresas. Eso sí, las multinacionales han salido ganando. Es por eso que los medios callan, porque saben que si la ciudadanía supiese todo esto se posicionaría claramente en contra y PP y PSOE se hundirían todavía más. La clase dominante, debido a la crisis de sobreproducción capitalista en la que nos encontramos, se ve en la obligación (debido a sus intereses capitalistas) de poner en marcha un proceso de destrucción de capital, esto significa acabar con pequeñas y medianas empresas (o absorberlas o adquirirlas a bajo precio) para ocupar su porción de mercado y así volver a generar grandes ganancias. Esto desembocará, como no, en despidos y precarización laboral para los trabajadores. En tres palabras: lucha de clases.

En definitiva, de aprobarse el TLC, los ciudadanos perderemos nuestro derecho a decidir. No importará quién gobierne ya que las grandes multinacionales podrán, a través de este tribunal, saltarse las leyes que se aprueben en el parlamento.


Uno de los partidos burgueses que apoya este tratado es CiU, irónicamente, que tanto ruido está haciendo en Catalunya por el derecho a decidir de los catalanes. Pero no pequemos de ingenuos. Es normal que CiU defienda el derecho de los catalanes a decidir sobre la independencia ya que, de momento, gracias a esto no se habla de los brutales recortes que ha llevado a cabo, de la creciente pobreza existente en Catalunya o de la ingente corrupción de su partido (aunque el derecho a decidir sea legítimo, más faltaría), entre otros motivos. Y, por otro lado, es normal también que no defienda el derecho a decidir de la clase trabajadora en materia económica y prefiera dejar esa competencia a las multinacionales. Al fin y al cabo, los partidos que apoyan el TLC siempre han tenido tratos con las multinacionales y es, muy probablemente, donde acabarán los dirigentes de todos los partidos que pretenden ser partícipes de este sucio golpe de estado oculto a la ya de por sí débil democracia española.


Toni Velasco (@avelasgar)

lunes, 13 de octubre de 2014

LA REVOLUCIÓN DE HONG KONG Y LAS CLASES DE DEMOCRACIA


Hace ya varios días que decenas de miles de personas se concentran en Hong Kong en lo que ya se ha bautizado como la revolución de los paraguas. Esta masiva protesta surgió debido a la negativa de China a que los candidatos para liderar Hong Kong en 2017 fuesen nominados de manera democrática y no por un comité formado por 1200 partidarios del gobierno chino como se hace en la actualidad. Esta negativa ha sido entendida como una traición a las promesas de China de dar mayor democracia a esta zona.
Hong Kong es una región administrativa singular. Fue una colonia del Reino Unido hasta 1997 y, al pasar a China, ésta permitió a la región una mayor autonomía. De ahí vienen las protestas según los medios occidentales, de la sensación de muchos de que esa autonomía y democracia prometidas no son suficientes.
Pero, ¿quién compone esta multitudinaria protesta? Lo que cuentan los medios es que hay sobretodo estudiantes y activistas hartos de la falta de democracia. Destaca un movimiento llamado Occupy Central, que amenazaba con ocupar el centro financiero. Poco más sabemos. Ante esta escasa información, no son pocos los que ya hablan de una revolución del pueblo para derrocar al régimen antidemocrático chino. Un análisis, a mi gusto, demasiado simple (aunque pueda ser cierto en parte).
Antes de nada, decir que efectivamente China carece de democracia y que la clase trabajadora ha de levantarse contra la oligarquía capitalista que la tiene sometida y explotada.
A partir de aquí, he de confesar que esta revolución me huele a la plaza Maidán de Ucrania, donde los medios de (des)información nos decían que era el pueblo harto de la falta de democracia quien estaba llevando a cabo las protestas (lo que era cierto los primeros días de protestas), ocultando la injerencia de EEUU y la UE con el objetivo de desestabilizar Ucrania (aliado ruso), poner como presidente a un títere pro UE para abrir mercados y obtener recursos y acorralar un poco más a Rusia, por no hablar de los sectores nazis financiados por occidente que terminaron capitaneando las protestas y la guerra civil desatada en el este del país. También quiero poner el ejemplo de las últimas protestas que sacudieron Venezuela hace unos meses. Los medios burgueses nos explicaban, escandalizados, que eran simples estudiantes que protestaban contra el régimen dictatorial de Maduro, cuando gran parte de esos estudiantes realmente eran opositores al gobierno entrenados por EEUU que cobraban por generar altercados y alguno incluso tenía contactos con bandas neonazis colombianas. ¿Puede estar esto ocurriendo en Hong Kong? Yo creo que sí. De hecho, hay alguna información que dice que en las protestas hay fuerzas progresistas pero también representantes de la burguesía de EEUU y el Reino Unido así como burgueses chinos pro EEUU y Reino Unido (http://ilps.info/index.php/en/office-of-the-chairperson/messages-and-speeches/762-on-the-hong-kong-mass-protests-and-related-matters). Otras informaciones hablan de que el movimiento Occupy Central ha tenido contactos con cargos de la inteligencia estadounidense.
Cuando hay una protesta, es importante tener en cuenta dos cosas: 1) No ha de ser necesariamente buena (depende de quién la haga o quién esté detrás). 2) Toda propuesta beneficia y perjudica a alguien. Esto, una vez dicho, parece obvio, pero no siempre lo tenemos en cuenta, por eso a veces aparecen análisis simplistas.
Debemos preguntarnos a quién beneficia esta revolución. Claramente a EEUU, quien ve peligrar su condición de potencia hegemónica ante el crecimiento continuo de China y su expansión por África, así como el avance de los BRICS (economías emergentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica formando una alianza que refleja una tendencia hacia un mundo multipolar). No sería descabellado pensar que EEUU busca crear un conflicto en China para sus propios intereses imperialistas ya que, con una economía en declive, no quiere una futura lucha entre potencias capitalistas y, al ver cómo las economías de Rusia y China crecen y ambos países hacen suculentos tratos comerciales, debe intentar desestabilizar al régimen chino y poner a la opinión pública en contra de éste, como sucedió con el conflicto ucraniano. Es posible también que EEUU busque una respuesta represiva de China contra los manifestantes para tener una excusa con la que boicotear el país e imponer sanciones económicas como ha hecho con Rusia.
Por otro lado, no he tenido noticia de que los manifestantes pretendan acabar con el modelo neoliberal imperante en Hong Kong, que ha generado unas desigualdades brutales, y caminar hacia la emancipación de la clase trabajadora. Esto hace pensar que los manifestantes no tienen una conciencia de clase desarrollada o que no se busca cambiar el modelo económico, sino, quizás, crear una nueva democracia burguesa al estilo occidental (privatización de empresas públicas, el mercado por encima de todo, etc) para meter mano a las empresas chinas actualmente propiedad del Estado. Visto quién protagoniza estas revueltas y que parte de la clase trabajadora está en contra de éstas, veo muy posible esta hipótesis.
Poco tardaron EEUU y el Reino Unido en salir a defender las protestas diciendo que apoyan las aspiraciones democráticas del pueblo de Hong Kong. Personalmente, no creo que EEUU, que ha financiado gran cantidad de golpes de Estado convertidos en dictaduras fascistas a lo largo del siglo XX en todo el mundo, causando millones de muertos, le interese otra cosa que sus propios intereses o pueda dar lecciones de democracia. Si apoya las revueltas de Hong Kong es porque pretende conseguir algo con ellas, no por filantropía.
Es cierto, como ya dije, que China y la región de Hong Kong carecen de democracia a pesar de existir el sufragio universal. Sin embargo, cuando Hong Kong era una colonia británica y no tenían ningún derecho electoral, jamás surgieron revueltas. Son cosas que no acaban de cuadrar.
Lo que no es admisible es que EEUU intervenga en el conflicto diciendo que en China no hay democracia, cuando la calidad democrática en occidente deja mucho que desear. Los procesos electorales, en general, están controladas por dos bloques (republicanos y demócratas en EEUU, laboristas y conservadores en el Reino Unido, etc) cuyas políticas contienen un mismo modelo económico supervisado por el gran capital. Un ejemplo de esto es que, en EEUU, los oligarcas financian las campañas electorales de ambos partidos, por lo que siempre ganan ellos. Con esto sobre la mesa, ¿se puede hablar de pluralidad y democracia? Existen numerosos casos que demuestran que en EEUU la democracia brilla por su ausencia, como el escándalo electoral que hizo presidente a Bush hijo en 2001 o el caso de la convención del partido demócrata en 1944, donde se engañó y sobornó a electores para poner a Truman, amigo del gran capital, de vicepresidente (que tras la muerte de Roosevelt sería presidente y acabaría lanzando la bomba atómica sólo para intimidar a la URSS) en lugar de Wallace, candidato antiimperialista, progresista y el favorito del pueblo y de Roosevelt. Pero hay muchos otros ejemplos que el lector conocerá.
Pocas clases de democracia podemos dar desde Europa, donde se está negociando un tratado de libre comercio con EEUU en secreto y de espaldas a los ciudadanos. Tampoco desde España, donde los ciudadanos sólo tenemos derecho a votar cada cuatro años a un partido que cuando llega al poder puede hacer todo lo contrario de lo que prometió sin que pase nada. Nos escandalizamos cuando vemos imágenes de la policía tirando botes de gases lacrimógenos en Hong Kong pero aquí todos hemos visto cosas mucho peores, como la pelota de goma que hizo perder un ojo a Ester Quintana o la que hizo que un joven llamado Gabriel perdiera un testículo. Nos escandalizamos cuando oímos decir al gobierno chino que las protestas son ilegales, pero eso lleva diciendo Cifuentes y el gobierno del PP toda la legislatura cuando los trabajadores protestan y defienden sus derechos, cada vez más escasos. Un país que tiene presos políticos, donde no existen los referéndums vinculantes, donde se vendió la soberanía a poderes no escogidos por los ciudadanos, donde el jefe de gobierno tampoco ha sido escogido por votación, no puede dar lecciones de democracia.
En definitiva las protestas de Hong Kong huelen a revolución precocinada y respaldada por intereses imperialistas. Ojalá me equivoque y estas revueltas sean de clase y derroquen a la oligarquía chupóptera y corrupta que gobierna China. Yo lo dudo. El tiempo lo dirá.

Toni Velasco  (@avelasgar)

lunes, 29 de septiembre de 2014

LO MALO DE VOTAR EN DEMOCRACIA


España vive momentos de agitación política y social impregnados con la sensación de que no vivimos en una auténtica democracia. Cada vez más gente, viendo cómo algunos manejan el país y se lucran con lo de todos, empieza a creer que la democracia debe ser algo más que votar cada cuatro años y encima a partidos que ni siquiera cumplen su programa electoral. Una clara muestra de este descontento y las ganas de cambiar las cosas son la aparición de movimientos sociales como la PAH o partidos como Podemos o Guanyem.

Sin embargo, a los líderes de PP y PSOE se les llena la boca con la palabra democracia, vocablo que repiten hasta la saciedad, comparándonos la actualidad con los tiempos de Franco, para que nos demos cuenta de cuánto hemos avanzado y estemos agradecidos. Pero desde mi punto de vista, aunque en muchos aspectos se haya avanzado, la joven democracia española está muy limitada. Son varios los ejemplos que daré para justificar mi afirmación.

1) Hace poco el nuevo monarca de España, Felipe VI, cumplía 100 días de mandato. Se trata de un rey impuesto, nadie le ha votado. Los mismos que argumentan que ya se nos preguntó a finales de los años 70 siempre olvidan añadir el clima de miedo y tensión que vivía España en aquel momento. Era poco menos que “O esto o los tanques”, lo que hace pensar que más que libre y democrática, fue una votación coaccionada.

2) Los ciudadanos españoles, recogiendo 500.000 firmas en un tiempo determinado, pueden llevar a cabo una ILP para modificar la Constitución. Estas firmas, sin embargo, sólo aseguran que el Parlamento decida si va a tramitar ese proyecto de ley o no (no tiene obligación de convertir esa ILP en ley). Además, y por si fuera poco, si el Parlamento decide tramitar dicha ILP, se reserva el derecho de poder modificarla a su antojo. Un ejemplo de esto son las casi 1.500.000 firmas que recogió la PAH para incorporar la dación en pago a la Constitución. Se decidió tramitarla (debido a la presión ciudadana) pero finalmente la ILP acabó tan desfigurada que la propia PAH la anuló. En España tampoco existen referéndums donde el pueblo tenga poder para decidir directamente sobre un tema concreto, sólo puede convocarlos el presidente y no son vinculantes. Salta a la vista que esto es totalmente antidemocrático. Cuánto tenemos que aprender, por ejemplo, de Uruguay, un pequeño país latinoamericano de 3 millones de habitantes donde los ciudadanos, tras reunir una cantidad determinada de firmas, tienen poder para convocar un referéndm vinculante para modificar la Constitución y ni el gobierno ni nadie tiene poder para imperdirlo o anular el resultado en caso de estar en contra. La voz del pueblo está primero. Eso es democracia.

3) Pero hay otro ejemplo que muestra la falta de democracia en España: la negativa de PP, PSOE y otros partidos a preguntar a los catalanes sobre su futuro a pesar de que la mayoría del pueblo catalán desea votar; algo que, sin embargo, sí pudieron hacer los escoceses con total normalidad. Zapatero, tras la victoria del 'No' en Escocia, decía en televisión que podían haberse ahorrado el referéndum. Este señor todavía no ha entendido lo que significa la democracia. Más que el resultado, lo que importa es el acto democrático que significa que el pueblo pueda votar y decidir. Ante el “desafío soberanista”, como algunos medios malintencionados lo llaman, a PP y PSOE no les queda otra que apelar al patriotismo más arcaico o decir que la Constitución no permite la consulta. Sí, esa misma Constitución que ellos violan día tras día, esa misma Constitución que vendieron a poderes que nadie ha escogido sin consultarnos a los ciudadanos, esa misma Constitución que utilizan para someter a la clase trabajadora y hacer más rica a la oligarquía. Estando en una supuesta democracia, decir que votar es ilegal de la manera que lo hacen PP y PSOE es una barbaridad. Las leyes no son elementos inamovibles, han de adaptarse a los tiempos y a las necesidades de los ciudadanos. Rajoy decía hoy por la radio (30 de septiembre) que los catalanes no pueden votar porque en una democracia moderna como la nuestra ha de acatarse la ley. No, señor Rajoy, en las democracias modernas la gente vota y las leyes se hacen para mejorar la vida del pueblo, no para tenerlo sometido a los intereses de un puñado de familias.

Lo que les pasa a los partidos que sostienen el sistema actual es que, en el fondo, no quieren que la gente vote cuando hay que decidir cosas importantes. Por eso no votamos cuando abdicó el rey o cuando se cambió el artículo 135 de la Constitución. Por eso el Tribunal Constitucional ha tardado pocos minutos en anular la ley de consultas aprobada por la mayoría de partidos catalanes, cuando tarda años y años en decidir sobre otros asuntos. Les encanta la palabra democracia, porque es muy bonita, moderna y queda bien decirla a cada rato en los mítines, pero en el fondo les aterroriza que el pueblo decida porque los intereses de los trabajadores y de la oligarquía para la que gobiernan realmente son totalmente distintos. ¿Qué trabajador hubiese votado a favor de pagar una deuda generada por el sector privado y que ha generado brutales recortes? ¿Y de los desahucios? ¿Qué trabajador puede estar en contra de la dación en pago? Ninguno. Por eso han limitado el número de votaciones al máximo (por eso tenemos una democracia representativa en lugar de una participativa) y controlan los medios de masas que nos dicen lo avanzada que es nuestra democracia.

Lo malo de las democracias reales, para aquellos poco acostumbrados a ellas, es que se vota. Se vota muchas veces y para muchas cosas, no sólo para escoger a los presidentes y alcaldes. Y lo malo de votar en democracia es que, por desgracia para la clase dominante, los trabajadores pueden tener conciencia de clase y defender sus intereses votando lo contrario de lo que quieren los dueños de las empresas del Ibex 35. Los grandes empresarios lo saben, por eso tenemos una democracia que consiste en entregar un cheque en blanco al partido vencedor en las elecciones para que haga lo que le venga en gana durante cuatro años, aunque sea lo contrario de lo que prometieron antes de ganar las elecciones sin que ocurra nada (como por ejemplo cuando dicen que solucionarán los problemas de los trabajadores pero luego lo que hacen es defender los intereses de los empresarios con cuentas en Suiza) y donde no existen los referéndums vinculantes; y unos medios que, de forma sutil, dan como únicas opciones reales de voto a PP y PSOE, para que nos quitemos de la cabeza eso de votar a opciones radicales, nos dicen que la política es aburrida y que todos son iguales o que podríamos estar mucho peor. Pero esto no puede durar siempre y lo estamos viendo actualmente.


Pero debemos agradecer, dirán muchos, que no vivimos en Venezuela, por ejemplo, donde reina una brutal dictadura. Lo que no saben los que esgrimen estos argumentos inculcados por los medios que controla la oligarquía, es que Chávez, además de alfabetizar o dar sanidad a millones de trabajadores, introdujo una cosa llamada “referéndum revocatorio” en la Constitución venezolana. Este elemento permite, tras recoger un número determinado de firmas, celebrar una votación para echar a cualquier cargo electo una vez transcurrido la mitad de su mandato en un referéndum. Es más, la oposición utilizó este elemento en 2004 para intentar echar a Chávez, pero perdieron en el referéndum (lo mismo que en las últimas 17 de 18 elecciones celebradas en el país y dictaminadas como totalmente transparentes y seguras por observadores internacionales). Esto no ha sucedido jamás ni en la avanzada Europa ni en ningún otro lugar del mundo. Y ahora pregunto: ¿Cuántos de vosotros estaríais a favor de introducir el referéndum revocatorio en nuestra Constitución y celebrar una votación para echar a Rajoy? Pues quitaos esa idea de la cabeza. Bendita democracia.


Toni Velasco (@avelasgar)

viernes, 29 de agosto de 2014

LAS CRÍTICAS HACIA PODEMOS Y EL LENGUAJE DE LA IZQUIERDA


Muchos militantes (y algún dirigente) de la izquierda clásica están dedicando duros comentarios contra Podemos por las redes sociales y otros medios. Los más polémicos han sido los de Willy Toledo, pero ha habido otros como los de Javier Parra, etc. Por eso, un poco cansado ya de tanta crítica a mi juicio más destructiva que constructiva, me decidí a escribir estas líneas.

Antes de nada, decir que siento el máximo respeto tanto por Willy Toledo, que dejó su acomodada carrera de actor para defender sus ideales (¿cuántos de los que le critican pueden decir eso?) y ha luchado de manera ejemplar durante años junto a los pueblos palestino y saharaui, entre otras cosas; y por Javier Parra, gran cuadro formado desde la base del PCPV.

Willy Toledo manifestó que el discurso de Podemos está vacío de contenido e ideología, que no son ni de izquierdas ni de derechas. Criticó el cinismo de sus líderes por ocultar su ideología para arañar votos y que que el partido está lleno de anticomunistas, capitalistas y arribistas. Javier Parra explicó, en referencia al concepto 'casta', tan utilizado por Podemos, que no vivimos en un sistema de castas sino en uno de clases sociales, donde una clase dominante acumula el poder económico y político y controla los medios de producción, sometiendo a la clase explotada, la trabajadora. Hay críticas más duras pero creo que con lo que he expuesto es suficiente.

En la estrategia política es imprescindible un buen análisis de la sociedad para definir el modo de actuar. Podemos lo ha hecho mejor que nadie y los demás deberíamos aprender.

¿Cuál es la realidad de nuestra sociedad? Primero debemos identificar algo que los marxistas denominamos como superestructura, erigida sobre la base económica (infraestructura) y utilizada por la clase dominante para inculcar su ideología y costumbres a la clase dominada hasta que ésta las tome como propias. Una de esas herramientas constructoras de ideología, probablemente una de las más poderosas, es la televisión.

Debemos tener claro que la clase dominante ha conseguido su propósito. Ha logrado que gran parte de la clase trabajadora identifique a Venezuela y a Cuba como dictaduras; identifique el socialismo y la izquierda con el PSOE o con regímenes dictatoriales; crea que democracia es votar una vez cada cuatro años o no se identifique a ella misma como trabajadora ni como clase.

Un elemento muy importante es el lenguaje. Hay palabras y símbolos que, aunque nos duela en el alma, están perdidos. Lo están porque la clase dominante se los ha cargado a base de decenas de años de inculcar su ideología a la clase trabajadora. Esto se ve claramente en nuestra sociedad. En España no puedes presentarte a unas elecciones con la hoz y el martillo o hablando de la dictadura del proletariado, aunque tengas toda la razón del mundo y tu discurso sea brillante, y pretender ganarlas. Aunque la dictadura del proletariado represente la democracia para la mayoría del pueblo y el comunismo sea el sistema más igualitario, una parte de los trabajadores no lo acepta. A la que digas ciertas palabras dejarán de escucharte. Lo siento pero esto es así, como decía José Luis Sampedro, no porque la gente sea tonta, sino porque está manipulada.

Pero debemos llegar a esta gente de alguna manera. Necesitamos que nos voten. La izquierda clásica lleva intentándolo cuarenta años sin demasiados resultados. Podemos, con sus errores y sus aciertos, lo está intentando con otro lenguaje más directo, evitando esas palabras perdidas. Hay gente a la que le duele esta estrategia. Y es normal porque nos encantan nuestros símbolos y nuestros términos, pero se trata de tomar el poder, y creo que la mayoría hemos asumido que el primer paso para tomar el poder es ganar las elecciones. Por lo tanto, aunque nos duela, no podemos seguir aferrándonos tanto a esos elementos que nos hacen perder antes de empezar.

En las numerosas ocasiones que he visto en televisión a Pablo Iglesias, Íñigo Errejón o Juan Carlos Monedero, les he oído decir cosas como: “En España manda Botín”, “Nuestros representantes políticos son mayordomos de los bancos”, “Las empresas del Ibex35 han aumentado sus beneficios mientras los trabajadores se empobrecen”, “Hay que hacer una reforma fiscal para que paguen los ricos”, “Hay que hacer una auditoría de la deuda”, “En este país aumentan los beneficios de las grandes empresas mientras se roba a los trabajadores”, “Basta de poner los intereses de los bancos por delante de los de las familias”, “Hay que reformar el código penal para que los defraudadores vayan a la cárcel”, “Los medios de comunicación alimentan el bipartidismo”, “Los representantes gobiernan para una minoría poderosa económicamente y contra las mayorías sociales” y un largo etcétera. En una ocasión, en un debate con Rubalcaba, Pablo Iglesias defendía la nacionalización de las eléctricas, por ejemplo.

Creo que es fácil adivinar, con los ejemplos citados, si Podemos es de izquierdas o de derechas. Tampoco creo que haya un discurso vacío ni que se esté escondiendo la ideología del partido, sólo se está utilizando otro lenguaje para manifestarla. Un lenguaje sin esas etiquetas o palabras malditas, un lenguaje que puede ganar elecciones y tomar el poder. ¿Acaso no se identifica a la clase dominante y la enfrenta a la trabajadora? ¿Acaso no dice que hay que gobernar favoreciendo los intereses de los trabajadores y no los de una minoría oligárquica? No como a nosotros nos gustaría, pero lo dice. Los medios han distorsionado conceptos como 'socialismo' o 'izquierda', lo que ha propiciado que mucha gente no se identifique con ellos aunque tenga, en el fondo, un pensamiento de izquierdas. Sin embargo, sí se identifica con el discurso de “que paguen los ricos”, “preservemos los servicios públicos”, etc. Si seguimos utilizando los mismos términos, excluiremos a toda esta gente. No podemos pedir que nos voten porque somos de izquierdas, hay que cambiar el discurso sin perder nuestra esencia.

Para terminar con esta parte citaré un fragmento de un artículo titulado “Ni de izquierdas ni de derechas” del blog “Les Communards”. Dice: “los comunistas nunca nos hemos definido como de izquierdas, y no apuntamos a la dicotomía izquierda-derecha sino al conflicto pueblo/élites o clases oprimidas/clases opresoras. No encontrarás en ningún texto de Lenin, Marx, Trotski, Stalin, Fidel Castro, el Che o Mao que estos se autodefinan como "de izquierdas" o que centren sus ataques en la derecha.”.

Es cierto que en Podemos hay anticomunistas y capitalistas. Pero es lógico que los haya. ¿Qué conocen gran parte de los trabajadores españoles del comunismo? Lo que dicen los medios. Osea, nada bueno. Han adoptado la ideología del opresor. Podemos, al utilizar otro lenguaje, ha evitado definirse de la forma clásica, llegando a más gente pero también creando este escenario. Pero, ¿Qué debían hacer? ¿Utilizar el mismo lenguaje de siempre? De ese modo no habrían logrado apenas apoyo y el bipartidismo ni se habría inmutado. Dado el peso que tiene la ideología dominante en el grueso de la clase obrera, es muy difícil cambiar ciertos razonamientos (por muy simples que sean de desmontar) y mucho menos de un día para el otro. Son muchos años de manipulación. Esto puede sonar clasista, pero creo que años y años de PP y PSOE en el gobierno lo demuestran. Si esto no fuese así, Podemos no existiría. Primero debemos tomar el poder y después cambiar la superestructura; y para tomar el poder hay que hacer entender a los trabajadores, especialmente a los no formados en marxismo y ciencia política, que tenemos los mismos intereses y debemos echar a una minoría privilegiada que nos roba día a día. Etiquetas como izquierda o derecha son secundarias. Hay que actuar como lo que somos, el pueblo. Así de simple. Y digo que son secundarias porque, como se está demostrando con Podemos, estas etiquetas se han vuelto contraproducentes (recordemos que 'izquierda' se asocia al PSOE). Además, los trabajadores, en el fondo, tienen mentalidad de izquierdas ya que es la que favorece sus intereses (mejora de los servicios públicos, más derechos laborales, etc). Un trabajador anticomunista o capitalista es absurdo, algo que existe gracias a la manipulación de los medios. Con formación y tiempo se solucionará siempre y cuando hayamos tomado primero el poder.

Por otro lado, es evidente que no vivimos en un sistema de castas sino en uno de clases sociales. Los dirigentes de Podemos lo saben. Surge aquí de nuevo el problema del lenguaje y la manipulación de la clase dominante, que repite y repite que la clase trabajadora ya no existe, que los empresarios también son trabajadores, etc. Cosas fácilmente rebatibles pero que no llegan a todos si utilizamos compleja terminología marxista. Recordemos que Lenin hablaba de “pan, paz y tierra” cuando se dirigía a las clases populares, no de expropiar y socializar los medios de producción con los que la clase dominante somete y explota a la clase trabajadora. El lenguaje ha de ser claro, directo y emocional. No podemos contraatacar siempre utilizando términos como “lucha de clases” o “medios de producción”. La historia nos demuestra que no funcionan y no tenemos tiempo para explicarlos en los medios de masas. Hemos de ser más cercanos y directos. Podemos lo ha visto y de ahí viene la palabra “casta”, que no significa clase social pero puede servir para que muchos trabajadores empiecen a entender mínimamente cómo funciona el sistema capitalista. Ya se irá enriqueciendo el mensaje con el tiempo.

Por supuesto que hay fallos o ciertos vacíos en el discurso que han provocado, por ejemplo, que parte de los votantes o simpatizantes de Podemos identifiquen a IU con la casta. También los medios han ayudado. Esto habrá que trabajarlo y ojalá sea conjuntamente.

Podemos ha abierto un nuevo camino que la izquierda tradicional ha de aprovechar. Gente como Julio Anguita o Alberto Garzón no ven en Podemos a un enemigo, sino a un aliado que quizás nos ha hecho ver cuáles han sido nuestros fallos comunicativos. Yo pienso lo mismo. En lugar de criticarnos tan duramente, deberíamos estar trabajando ya, como dice Julio, en un programa mínimo común que aglutine a la mayoría. Un programa del pueblo.



Toni Velasco (@avelasgar)




sábado, 26 de julio de 2014

EL ASESINATO DEL DIRIGENTE NAZI REINHARD HEYDRICH Y EL GENOCIDIO PALESTINO


Tras finalizar la última tregua, Israel ataca de nuevo indiscriminadamente al pueblo palestino, encerrado en la Franja de Gaza. Esta operación, llevada a cabo con el pretexto del asesinato de tres estudiantes israelíes, ya se ha cobrado la vida de más de 2.000 palestinos (entre ellos más de 500 niños), la mayoría de los cuales son civiles.

El ejército israelí ha bombardeado miles de viviendas, hospitales, el sistema de saneamiento y de distribución de agua, una central eléctrica, centros de personas discapacitadas y mezquitas a la hora del rezo de manera impune y con el apoyo de EEUU, que votó en contra de investigar los posibles crímenes de guerra de Israel en dichos ataques. Incluso escuelas de la ONU han sido derribadas por Israel, sin que vaya a sufrir, casi con toda seguridad, sanciones por parte de la comunidad internacional.

Es importante, como se suele decir, aprender de nuestra historia para no volver a caer en los mismos errores. Sin embargo, desde que estalló este conflicto, son demasiados los elementos que me recuerdan a lo que sucedió tras el asesinato, en 1942, de Reinhard Heydrich, hombre de confianza de Hitler, por parte de un comando de la resistencia checa.

Heydrich fue un alto cargo nazi, jefe de seguridad del III Reich, mano derecha de Hitler en Checoslovaquia e ideólogo de la llamada “solución final” (plan de los nazis para llevar a cabo un genocidio contra el pueblo judío en Europa durante la II Guerra Mundial). Era un hombre sanguinario, frío y calculador al que apodaban "la bestia rubia", "el verdugo de Hitler" o "el carnicero de Praga". Ostentó además el alto cargo de Reichprotektor de Bohemia-Moravia (actual República Checa menos los Sudetes) y llevó a cabo una brutal represión contra la resistencia checa. Esa represión, irónicamente, fue lo que acabó con él.

Numerosos exiliados checos en Londres tramaron entonces lo que sería la Operación Antropoide, que pretendía acabar con Heydrich, reivindicando así la oposición del pueblo checo al régimen nazi. Fue llevada a cabo por los sargentos de la Brigada Checa instruidos en el Reino Unido Jozef Gabcik, Jan Kubis y Josef Valcik.

El 27 de mayo de 1942, los tres paracaidistas tendieron una emboscada al vehículo que transportaba a Heydrich desde su domicilio a las afueras de Praga hasta su despacho, aprovechando que siempre realizaba el mismo camino e iba sin escolta. El sargento Gabcik se propuso ametrallar el coche pero su arma se atascó. En ese momento, Heydrich, en lugar de huir, salió del coche pistola en mano dispuesto a acabar con el paracaidista. Fue entonces cuando el sargento Kubis lanzó una bomba de mano que impactó en un costado del vehículo del alto cargo nazi, hiriéndole gravemente. Moriría el 4 de junio en el hospital Bulovka.

Los sargentos se refugiaron en el subterráneo de la catedral ortodoxa de los santos Cirilo y Metodio, en Praga, durante 20 días junto con otros cuatro paracaidistas encargados de otras misiones. Tras un chivatazo, los nazis iniciaron una redada formada por cientos de soldados. Los paracaidistas resistieron durante horas pero, rodeados, nada pudieron hacer. Seis de los siete se suicidaron y el séptimo fue herido grave y falleció en el hospital.

Hasta ahora no parece haber conexión alguna entre este hecho y el ataque de Israel a Gaza. Es a partir de aquí cuando observamos las similitudes.

El enfado de Hitler por la muerte de Heydrich fue descomunal, y la represalia, terrorífica: ejecuciones masivas y la destrucción completa de las poblaciones de Ležáky y Lídice (donde se creía que habían dado refugio a los paracaidistas).

Analicemos ahora el ataque de Israel a Gaza. Tras el asesinato de los tres estudiantes israelíes, y a pesar de no conocerse realmente las causas o los autores, Netanyahu y gran parte del gobierno sionista israelí dieron por hecho que fue obra de los palestinos contra la ocupación israelí y como represalia atacaron ferozmente a una población desarmada e inocente, dejando hasta la fecha más de 2.000 víctimas (la mayoría civiles).

Observamos que a pesar de las muchas diferencias históricas e ideológicas existentes (no podemos comparar, obviamente, ni a Heydrich con esos tres estudiantes ni a los judíos con los nazis, por ejemplo) las reacciones y acciones tomadas por Hitler y Netanyahu tras los respectivos asesinatos son muy similares: masacrar a una población inocente por pura venganza. Sin embargo, hay un elemento muy distintivo e importante que no puede causarme otro sentimiento que el de la repulsión.

Se ha publicado una noticia en la que un periodista alemán, Christian Sievers, revela que el asesinato de los jóvenes israelíes fue motivado por motivos económicos. Por si esto fuese poco, revela además que la Agencia de Investigación Interna israelí estaba al tanto de este hecho pero que Netanyahu obligó a tapar esta información para poder utilizar así el triple homicidio como excusa para atacar a Palestina.

Nada justifica el bombardeo al que se está sometiendo a los palestinos, pero de ser esto cierto, nos encontraríamos ante una barbarie que debe ser castigada. Se demostraría, como muchos pensamos desde el inicio de dichos ataques, que lo único que busca el gobierno israelí es acabar con el pueblo palestino, no reducir a los “terroristas islamistas” como vienen diciendo estas últimas semanas.

Tenemos, pues, dos momentos históricos distintos y dos reacciones similares provocadas tras homicidios y dirigidas contra poblaciones inocentes e indefensas. Irónicamente, parte del pueblo que antes fuera oprimido, se ha convertido en opresor. La historia se repite una vez más y si nadie pone freno a Israel, la Franja de Gaza y su población podrían acabar desapareciendo como sucedió con Ležáky y Lídice.

Izquierda: Gaza tras los bombardeos de Israel. Derecha: Ležáky tras el ataque nazi en 1942.
Fuente: 20minutos.es y Wikipedia




Toni Velasco (@avelasgar)