Hace
ya varias semanas que los medios de comunicación nos hablan de una
situación de inestabilidad política y social y posible revolución
popular en Ucrania. El pueblo ucraniano se ha echado a la calle para
pedir un mayor acercamiento de su gobierno a la UE o que dimita,
cuentan los medios, los cuales no dudan en culpar a Rusia y la Unión
Aduanera de gran parte del conflicto que está sacudiendo a Ucrania.
Pero,
¿es la versión de estos medios de comunicación fiel a la realidad
o nos están intentando manipular de nuevo, como ya sucedió con la
Revolución Naranja en 2004? Para poder comprender lo que está
sucediendo realmente en Ucrania debemos empezar por analizar la
situación del país.
Lo
primero que debemos entender es que Ucrania es un país dividido
económica y socialmente. Se
trata del país de Europa con la desigualdad entre regiones más
elevada (en términos de PIB per cápita). Tenemos,
por un lado, las regiones este y sur. Se trata de la zona más rica
de Ucrania, donde los salarios son más altos (de media) y se
concentran las grandes empresas del país (8 de 14; las demás se
sitúan en la capital, Kiev).
Por
otro lado tenemos la mitad central y oeste de Ucrania. Se trata de la
región más pobre, con salarios más bajos y el paro más elevado.
Es la zona agrícola del país. Se estima que 3 de las 4 provincias
con una mayor población bajo el límite de la pobreza se encuentran
en esta mitad del país.
Mapa
1. División regional usada por el Instituto Internacional de
Sociología de Kiev
Además
de esta división económica existe otra social. Esta diferencia
podemos verla primeramente si nos fijamos en la lengua que se habla
en el país. El 50% de los ucranianos considera que su lengua materna
es el ucraniano; el 30% considera que es el ruso y el 20% restante
cree que lo son ambas. Si vemos cómo se distribuye la población
observamos que en las regiones central y oeste (las más pobres) se
aglutina un alto porcentaje de hablantes ucranianos y muy pocos
hablantes rusos. En las regiones del este y el sur tenemos una
proporciones de hablantes rusos y ucranianos más similares y zonas
donde los hablantes ucranianos son minoría (Mapa 2).
Mapa
2. Porcentaje de hablantes ucranianos (izquierda) y rusos (derecha)
por provincias (óblast)
Por
lo tanto tenemos por un lado unas regiones más ricas e
industrializadas cercanas a Rusia cuyos habitantes hablan el ruso y
el ucraniano y otras regiones pobres y agrícolas más cercanas a
Polonia y a Europa cuyos habitantes hablan el ucraniano casi
exclusivamente.
Una
vez analizada mínimamente la situación de Ucrania nos vemos
obligados a contestar la siguiente pregunta: ¿Es
cierto que la mayoría del pueblo ucraniano quiere un mayor
acercamiento a la UE?
Esta
pregunta puede contestarse con el simple hecho de que el presidente
actual, Viktor Yanukóvitx, ganó las ultimas elecciones generales
con un programa electoral que, entre otras cosas, decía que no
quería ni iba a adentrarse en la Unión Europea. Cambiar de posición
y firmar el Acuerdo de Asociación con la UE sería contradecir su
programa electoral y traicionar a sus votantes. El presidente se
convertiría en algo así como un Rajoy ucraniano.
Entonces
¿Quién quiere que Ucrania entre o se acerque comercialmente a la
UE?
El
Instituto Internacional de Sociología de Kiev realizó una encuesta
con dos preguntas. La primera decía: “Si se realizara un
referéndum para decidir si Ucrania se tiene que unir a la Unión
Aduanera, votarías a favor o en contra?”. Ante esta pregunta, un
40,8% de los ucranianos encuestados votaría a favor y un 33,1% en
contra.
Si
dividimos estos resultados en las 4 regiones que hemos descrito
anteriormente, obtenemos que votarían a favor de entrar en la Unión
Aduanera el 64,5% de los entrevistados pertenecientes a la región
este, el 54% del sur, el 29,6% del centro y el 16,4% del oeste.
Se
hizo la misma pregunta pero esta vez referida a la Unión Europea. El
39,7% de los encuestados votaría a favor y el 35,1% en contra.
Esta
vez, votarían a favor el 18,4% del este y del sur, el 43,4% del
centro y el 66,4% del oeste.
Como
vemos, en Ucrania existe una clara división tanto en lo cultural,
económico y social como en lo político. La mayoría de la población
que pertenece a la región más rica de Ucrania no quiere acercarse a
la UE. No
existe esa mayoría que quiere una Ucrania dentro de la UE que los
medios nos venden. De hecho el porcentaje de entrevistados que
votaría a favor de la Unión Aduanera es superior al que votaría a
favor de la UE.
Pero
entonces ¿Por qué nos hablan de una mayoría pro UE? ¿Quién está
detrás de las protestas que hemos podido ver en televisión?
(recordemos que incluso arrancaron una estatua de Lenin en Kiev)
Aquí
entramos en un escenario si cabe más complejo. Ucrania, como
república ex soviética, tiene un pasado ligado a la actual Rusia.
Este pasado se materializa en minorías étnicas de habla rusa,
regiones industrializadas por la URSS, costumbres, etc. Por otro
lado, tenemos la situación de crisis que pasa el país, donde hay
mucha gente descontenta con el actual gobierno y la corrupción.
También hay grupos nacionalistas que creen que el gobierno ha de
endurecer sus políticas y quieren aprovechar estos momentos de
inestabilidad. Encontramos también intereses de EEUU y la UE por la
situación geoestratégica de Ucrania así como sus grandes
cantidades de materias primas baratas (hierro y acero, cereales,
aceites vegetales y animales, etc). También Rusia quiere acercarse
más a Ucrania con la Unión Aduanera. Ucrania se encuentra en una
encrucijada: acercarse a Rusia o a la UE. Pero ¿qué acuerdo le
sería más beneficioso?
Es
importante subrayar que Ucrania goza actualmente de un trato de favor
con Rusia, la cual le suministra gas barato. Además, el pasado 17 de
diciembre ambos países firmaron un acuerdo por el que Rusia reduce
más el precio del gas a Ucrania, con lo que este país ahorraría
20.000 millones de euros más y además recibirán 15.000 millones de
dólares en bonos para evitar la bancarrota y el colapso económico
del país, ocasionado por la crisis.
Los
gobernantes y expertos ucranianos han creído que un acuerdo con la
UE no sería provechoso para el país ya que sus empresas, más
antiguas y con una menor productividad, no pueden competir con las de
la UE y este hecho afectaría aún más a su balanza exterior (la
cual ya es muy deficitaria, aunque gracias a la ayuda de Rusia va a
poder reducirla notablemente). Ucrania pidió a la UE 20.000 millones
de euros de ayuda financiera para modernizarse y así poder ser más
competitiva pero la UE se negó. Además, si Ucrania entrara en la
UE, probablemente la Troika impondría políticas de recortes y
perdería sus privilegios con Rusia además de, como ya hemos dicho,
contradecir su programa electoral el presidente actual. Todos estos
elementos serían realmente perjudiciales para un país como Ucrania,
ya en crisis.
Los
45 millones de habitantes de Ucrania y sus grandes reservas de
materias primas son los elementos que la UE busca para expandir y
abrir su mercado, con la esperanza de someter a más países y poder
volver a crecer (aunque sea durante un tiempo limitado y con un coste
altísimo para Ucrania).
Pero
si entrar en la UE no es beneficioso para Ucrania, sino todo lo
contrario, ¿porqué hay tantos miles de personas manifestándose
para entrar?
Aquí
entran en juego las falsas promesas de la UE y EEUU (recordemos que
se pudo ver en las protestas de Kiev al senador Republicano a favor
de la guerra en Siria John McCain), el descontento de parte de la
ciudadanía por la situación de crisis que pasa el país y también
radicales de ultraderecha. Sectores contrarios al gobierno quieren
hacer creer al pueblo que entrar en la UE es la solución a todos sus
problemas, cuando esto traería únicamente más pobreza.
John
McCain junto al
líder del partido UDAR (centro-derecha) Vitali
Klitschko
La
negativa a última hora del gobierno ucraniano a firmar el Acuerdo de
Asociación con la UE ha sido la chispa que ha hecho saltar a la
oposición para intentar cambiar el gobierno vigente. A pesar de
esto, no todos los manifestantes que hemos visto en televisión son
pro UE, aunque los medios quieran meterlos a todos en el mismo saco.
Esta oposición quiere aprovechar las revueltas para llegar al poder
y vender el país a la UE, aunque esto signifique generar una pobreza
aún mayor para el pueblo. Otros, cuya ideología roza el fascismo,
intentan presionar al gobierno manifestándose violentamente con el
apoyo de EEUU y la UE.
Además,
el gobierno ucraniano presidido por Yanukóvich ha firmado acuerdos
con China que generarían 8.000 millones de dólares de inversión
relacionados con la energía, infraestructuras y el sector aéreo.
Este acuerdo supone un alejamiento con respecto a la UE y EEUU en
favor del gigante asiático.
Podemos
ver que lo que está sucediendo en Ucrania es algo más complejo que
unas simples manifestaciones a favor de entrar en la UE por parte de
la población. Las grandes potencias imperialistas mundiales tienen
los ojos puestos en Ucrania, pieza geoestratégica clave que puede
marcar el desarrollo de las potencias mundiales en los próximos
años. Incluso EEUU ha amenazado con sanciones a Ucrania si esta no
firma los Acuerdos de Asociación con la UE.
Es
importante, a modo de conclusión, decir que los partidos opositores
al gobierno actual se han negado a celebrar un referéndum sobre el
tema. El único partido que está a favor es el Partido Comunista de
Ucrania, el cual ha recogido ya más de 3,5 millones de firmas para
que este referéndum se celebre. Es el único partido que quiere
preguntarle al pueblo y dejarle decidir su futuro libremente. Eso sí,
su líder, Piotr Simonenenko ha recalcado la importancia de que el
pueblo vote su futuro pero con un gran conocimiento de lo que se está
decidiendo actualmente en su país para evitar manipulaciones como
las que se están llevando a cabo hasta la fecha por parte de la
oposición.
Ucrania
es un país contradictorio y dividido en dos que se encuentra sumido
en una crisis de la cual le costará salir sin pagar un coste
elevado. A pesar de esto, todo indica que si Ucrania se deja
arrastrar por EEUU y opta por acercarse a la UE las cosas irán a
peor para el pueblo, que, al final, es el que siempre acaba pagando
la peor parte.
Toni Velasco
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