sábado, 28 de diciembre de 2013

¿QUÉ ESTÁ SUCEDIENDO EN UCRANIA?

Hace ya varias semanas que los medios de comunicación nos hablan de una situación de inestabilidad política y social y posible revolución popular en Ucrania. El pueblo ucraniano se ha echado a la calle para pedir un mayor acercamiento de su gobierno a la UE o que dimita, cuentan los medios, los cuales no dudan en culpar a Rusia y la Unión Aduanera de gran parte del conflicto que está sacudiendo a Ucrania.

Pero, ¿es la versión de estos medios de comunicación fiel a la realidad o nos están intentando manipular de nuevo, como ya sucedió con la Revolución Naranja en 2004? Para poder comprender lo que está sucediendo realmente en Ucrania debemos empezar por analizar la situación del país.

Lo primero que debemos entender es que Ucrania es un país dividido económica y socialmente. Se trata del país de Europa con la desigualdad entre regiones más elevada (en términos de PIB per cápita). Tenemos, por un lado, las regiones este y sur. Se trata de la zona más rica de Ucrania, donde los salarios son más altos (de media) y se concentran las grandes empresas del país (8 de 14; las demás se sitúan en la capital, Kiev).

Por otro lado tenemos la mitad central y oeste de Ucrania. Se trata de la región más pobre, con salarios más bajos y el paro más elevado. Es la zona agrícola del país. Se estima que 3 de las 4 provincias con una mayor población bajo el límite de la pobreza se encuentran en esta mitad del país.

Mapa 1. División regional usada por el Instituto Internacional de Sociología de Kiev

Además de esta división económica existe otra social. Esta diferencia podemos verla primeramente si nos fijamos en la lengua que se habla en el país. El 50% de los ucranianos considera que su lengua materna es el ucraniano; el 30% considera que es el ruso y el 20% restante cree que lo son ambas. Si vemos cómo se distribuye la población observamos que en las regiones central y oeste (las más pobres) se aglutina un alto porcentaje de hablantes ucranianos y muy pocos hablantes rusos. En las regiones del este y el sur tenemos una proporciones de hablantes rusos y ucranianos más similares y zonas donde los hablantes ucranianos son minoría (Mapa 2).

Mapa 2. Porcentaje de hablantes ucranianos (izquierda) y rusos (derecha) por provincias (óblast)

Por lo tanto tenemos por un lado unas regiones más ricas e industrializadas cercanas a Rusia cuyos habitantes hablan el ruso y el ucraniano y otras regiones pobres y agrícolas más cercanas a Polonia y a Europa cuyos habitantes hablan el ucraniano casi exclusivamente.

Una vez analizada mínimamente la situación de Ucrania nos vemos obligados a contestar la siguiente pregunta: ¿Es cierto que la mayoría del pueblo ucraniano quiere un mayor acercamiento a la UE?

Esta pregunta puede contestarse con el simple hecho de que el presidente actual, Viktor Yanukóvitx, ganó las ultimas elecciones generales con un programa electoral que, entre otras cosas, decía que no quería ni iba a adentrarse en la Unión Europea. Cambiar de posición y firmar el Acuerdo de Asociación con la UE sería contradecir su programa electoral y traicionar a sus votantes. El presidente se convertiría en algo así como un Rajoy ucraniano.

Entonces ¿Quién quiere que Ucrania entre o se acerque comercialmente a la UE?

El Instituto Internacional de Sociología de Kiev realizó una encuesta con dos preguntas. La primera decía: “Si se realizara un referéndum para decidir si Ucrania se tiene que unir a la Unión Aduanera, votarías a favor o en contra?”. Ante esta pregunta, un 40,8% de los ucranianos encuestados votaría a favor y un 33,1% en contra.

Si dividimos estos resultados en las 4 regiones que hemos descrito anteriormente, obtenemos que votarían a favor de entrar en la Unión Aduanera el 64,5% de los entrevistados pertenecientes a la región este, el 54% del sur, el 29,6% del centro y el 16,4% del oeste.

Se hizo la misma pregunta pero esta vez referida a la Unión Europea. El 39,7% de los encuestados votaría a favor y el 35,1% en contra.

Esta vez, votarían a favor el 18,4% del este y del sur, el 43,4% del centro y el 66,4% del oeste.

Como vemos, en Ucrania existe una clara división tanto en lo cultural, económico y social como en lo político. La mayoría de la población que pertenece a la región más rica de Ucrania no quiere acercarse a la UE. No existe esa mayoría que quiere una Ucrania dentro de la UE que los medios nos venden. De hecho el porcentaje de entrevistados que votaría a favor de la Unión Aduanera es superior al que votaría a favor de la UE.

Pero entonces ¿Por qué nos hablan de una mayoría pro UE? ¿Quién está detrás de las protestas que hemos podido ver en televisión? (recordemos que incluso arrancaron una estatua de Lenin en Kiev)

Aquí entramos en un escenario si cabe más complejo. Ucrania, como república ex soviética, tiene un pasado ligado a la actual Rusia. Este pasado se materializa en minorías étnicas de habla rusa, regiones industrializadas por la URSS, costumbres, etc. Por otro lado, tenemos la situación de crisis que pasa el país, donde hay mucha gente descontenta con el actual gobierno y la corrupción. También hay grupos nacionalistas que creen que el gobierno ha de endurecer sus políticas y quieren aprovechar estos momentos de inestabilidad. Encontramos también intereses de EEUU y la UE por la situación geoestratégica de Ucrania así como sus grandes cantidades de materias primas baratas (hierro y acero, cereales, aceites vegetales y animales, etc). También Rusia quiere acercarse más a Ucrania con la Unión Aduanera. Ucrania se encuentra en una encrucijada: acercarse a Rusia o a la UE. Pero ¿qué acuerdo le sería más beneficioso?

Es importante subrayar que Ucrania goza actualmente de un trato de favor con Rusia, la cual le suministra gas barato. Además, el pasado 17 de diciembre ambos países firmaron un acuerdo por el que Rusia reduce más el precio del gas a Ucrania, con lo que este país ahorraría 20.000 millones de euros más y además recibirán 15.000 millones de dólares en bonos para evitar la bancarrota y el colapso económico del país, ocasionado por la crisis.

Los gobernantes y expertos ucranianos han creído que un acuerdo con la UE no sería provechoso para el país ya que sus empresas, más antiguas y con una menor productividad, no pueden competir con las de la UE y este hecho afectaría aún más a su balanza exterior (la cual ya es muy deficitaria, aunque gracias a la ayuda de Rusia va a poder reducirla notablemente). Ucrania pidió a la UE 20.000 millones de euros de ayuda financiera para modernizarse y así poder ser más competitiva pero la UE se negó. Además, si Ucrania entrara en la UE, probablemente la Troika impondría políticas de recortes y perdería sus privilegios con Rusia además de, como ya hemos dicho, contradecir su programa electoral el presidente actual. Todos estos elementos serían realmente perjudiciales para un país como Ucrania, ya en crisis.

Los 45 millones de habitantes de Ucrania y sus grandes reservas de materias primas son los elementos que la UE busca para expandir y abrir su mercado, con la esperanza de someter a más países y poder volver a crecer (aunque sea durante un tiempo limitado y con un coste altísimo para Ucrania).

Pero si entrar en la UE no es beneficioso para Ucrania, sino todo lo contrario, ¿porqué hay tantos miles de personas manifestándose para entrar?

Aquí entran en juego las falsas promesas de la UE y EEUU (recordemos que se pudo ver en las protestas de Kiev al senador Republicano a favor de la guerra en Siria John McCain), el descontento de parte de la ciudadanía por la situación de crisis que pasa el país y también radicales de ultraderecha. Sectores contrarios al gobierno quieren hacer creer al pueblo que entrar en la UE es la solución a todos sus problemas, cuando esto traería únicamente más pobreza.

John McCain junto al líder del partido UDAR (centro-derecha) Vitali Klitschko

La negativa a última hora del gobierno ucraniano a firmar el Acuerdo de Asociación con la UE ha sido la chispa que ha hecho saltar a la oposición para intentar cambiar el gobierno vigente. A pesar de esto, no todos los manifestantes que hemos visto en televisión son pro UE, aunque los medios quieran meterlos a todos en el mismo saco. Esta oposición quiere aprovechar las revueltas para llegar al poder y vender el país a la UE, aunque esto signifique generar una pobreza aún mayor para el pueblo. Otros, cuya ideología roza el fascismo, intentan presionar al gobierno manifestándose violentamente con el apoyo de EEUU y la UE.

Además, el gobierno ucraniano presidido por Yanukóvich ha firmado acuerdos con China que generarían 8.000 millones de dólares de inversión relacionados con la energía, infraestructuras y el sector aéreo. Este acuerdo supone un alejamiento con respecto a la UE y EEUU en favor del gigante asiático.

Podemos ver que lo que está sucediendo en Ucrania es algo más complejo que unas simples manifestaciones a favor de entrar en la UE por parte de la población. Las grandes potencias imperialistas mundiales tienen los ojos puestos en Ucrania, pieza geoestratégica clave que puede marcar el desarrollo de las potencias mundiales en los próximos años. Incluso EEUU ha amenazado con sanciones a Ucrania si esta no firma los Acuerdos de Asociación con la UE.

Es importante, a modo de conclusión, decir que los partidos opositores al gobierno actual se han negado a celebrar un referéndum sobre el tema. El único partido que está a favor es el Partido Comunista de Ucrania, el cual ha recogido ya más de 3,5 millones de firmas para que este referéndum se celebre. Es el único partido que quiere preguntarle al pueblo y dejarle decidir su futuro libremente. Eso sí, su líder, Piotr Simonenenko ha recalcado la importancia de que el pueblo vote su futuro pero con un gran conocimiento de lo que se está decidiendo actualmente en su país para evitar manipulaciones como las que se están llevando a cabo hasta la fecha por parte de la oposición.


Ucrania es un país contradictorio y dividido en dos que se encuentra sumido en una crisis de la cual le costará salir sin pagar un coste elevado. A pesar de esto, todo indica que si Ucrania se deja arrastrar por EEUU y opta por acercarse a la UE las cosas irán a peor para el pueblo, que, al final, es el que siempre acaba pagando la peor parte.



Toni Velasco

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