La
Sexta Noche se ha convertido en un popular programa de tertulia
política. Ada Colau, portavoz de la PAH, fue invitada ayer al
susodicho programa, donde se vio las caras con algunos de los
representantes de la fauna típica del mismo: los periodistas Paco
Marhuenda, Eduardo Inda y Alfonso Rojo.
Creo
que es fundamental comentar y no dejar pasar intervenciones como una
de las realizadas la noche del sábado 5 de este mes por Alfonso
Rojo, la cual es sólo una muestra de lo que vemos todos los días en
los programas de tertulia y debate político que tan de moda se han
puesto últimamente. Es cada vez más evidente en este tipo de
programas la primacía de la audiencia sobre la búsqueda de la
verdad o algo tan básico como es el respeto. Esta clase de tertulias
se han convertido en una especie de circo, donde la humillación y la
falacia están a la orden del día. No hay limites. Todo vale cuando
el fin ultimo es crear polémica y aumentar la audiencia.
Vídeo de la trifulca entre Ada Colau y los tertulianos de la derecha. Alfonso Rojo interviene en el minuto 15.
La
falta de argumentos sólidos deriva en la necesidad de desacreditar
al contrincante por la vía de la descalificación personal (falacia
ad hominem), dejando en un segundo plano el problema originario al
cual se pretendía, en principio, encontrar una solución (lo que es
la finalidad de un debate). Situaciones como la sucedida ayer entre
Alfonso Rojo y Ada Colau son una clara muestra de este fenómeno,
donde el tertuliano, incapaz de responder con coherencia, opta
primero por la falacia y segundo por el insulto.
Una
de las cosas
que hizo Alfonso Rojo fue comparar el gasto en lotería o comidas de
noche buena en España con la renta per cápita y
el gasto en sanidad o en alimentación en los países africanos más
pobres del mundo. ¿Quiere decirnos el periodista que, como en España
se gasta más dinero en cosas “superfluas” que en Burundi o la
República del Congo en productos de primera necesidad, debemos
resignarnos y aceptar que nos recorten derechos o nos echen de
nuestras viviendas? No es casual que sean siempre los que no sufren
los recortes los que saquen estos temas. Para ellos España va bien
cuando baja la prima de riesgo, aunque crezca la pobreza o la brecha
entre ricos y pobres. Va bien porque no es la pobreza de los suyos la
que aumenta. Va bien porque son sus riquezas las que aumentan, en
detrimento, por supuesto, de los derechos de los trabajadores.
Si
se produce esta desigualdad en el consumo entre países es por la
expansión mundial del modo de producción capitalista que defiende
el propio Rojo. En este modelo, cada país ocupa un lugar determinado
(unos aportan las materias primas, otros la mano de obra barata,
otros el consumo, etc) y son arrastrados por las exigencias del
mismo. En los países africanos, el salario de los obreros sólo
cubre lo necesario para la subsistencia (consumo productivo) ya que
el mercado interno es inexistente. Todo se exporta a Europa o EEUU,
entre otros lugares. Es ahí donde los salarios se destinan también
al consumo y no únicamente a la subsistencia. Los trabajadores
mantienen el sistema con parte de su salario. Por lo tanto, si en
Occidente se consumiera únicamente lo necesario para la
subsistencia, el modelo capitalista mundial se colapsaría (aunque
eso pueda y vaya a suceder por otros elementos de este sistema
contradictorio). Rojo no hace otra cosa que exponer las enormes y
evidentes desigualdades que ha producido el sistema capitalista que a
él tanto le gusta y se lo echa en cara a Ada Colau como argumento
para defender su teoría de que España realmente “va bien”.
Parece
que Alfonso Rojo no supiera que el hecho de comprar un billete de
lotería o comer gambas en navidad no quiere decir que los españoles
tengan un alto nivel adquisitivo. Esto lo puede deducir cualquier
persona sin mayores explicaciones.
Tras
el habitual repertorio de Rojo de falacias, comparaciones absurdas y
declaraciones sin fundamento, el periodista pasó a hacer uso de la
descalificación personal (utilizada habitualmente también por sus
colegas Inda y Marhuenda ante la falta de argumentos sólidos). Las
palabras exactas que el periodista emitió durante la acalorada
discusión que mantenía con Ada Colau sobre la realidad económica
de los españoles fueron: "Estás
muy gordita para el hambre que se pasa". Con
estas “desafortunadas” palabras, Rojo dejó en evidencia su falta
de respeto y su profundo machismo, refiriéndose
de forma despectiva al aspecto físico de su contrincante al verse incapaz de ofrecer
una respuesta coherente.
En un intento de humillar a Ada Colau se retrató a si mismo y a su
absoluta carencia argumental.
No
es la primera vez que un tertuliano de este programa o similares
descalifica con total impunidad. El circo mediático ha alcanzado
niveles insospechados con tal de aumentar la audiencia. Estamos
asistiendo a la configuración de un nuevo formato televisivo en el
cual el modelo “Salvame” se transporta al ámbito de la política.
La finalidad es la misma: crear conflicto y polémica, trivializar
los problemas o la realidad socio-política
del país y mantener entretenida a la población.
Es
importante que los ciudadanos que ven este tipo de programas se den
cuenta de que los intereses que defiende Alfonso Rojo, Inda o
Marhuenda entre otros, son los de la clase dominante, la que no está
sufriendo los recortes pero que no se corta a la hora de quitar
derechos a los que menos tienen. Esta élite utiliza todo lo que está
a su alcance para que sus intereses no peligren y estos tertulianos
son una de las muchas armas que tienen para mantener confundida a la
población, evitando así que las cosas puedan llegar a cambiar.
Hay
que recordar que Ada Colau y muchas otras personas de la PAH llevan 5
años luchando contra una ley hipotecaria totalmente desalmada que
sólo existe en nuestro país. Una ley que permite que la deuda
hipotecaria se adquiera con la persona y no con el inmueble. Una ley
que, en el caso de perder la casa (como si no fuese suficiente
drama), mantiene una deuda impagable de por vida. Si más españoles
fuésemos como las personas que conforman la PAH y luchásemos contra
las injusticias que se cometen cada día en nuestro país, a
diferencia de muchos de los inmorales "cagatinta" portavoces del poder que aparecen en La
Sexta Noche, los cuales se dedican a ir de plató en plató soltando
barbaridades, recibiendo dinero público para sus periódicos
privados y criticando toda acción ciudadana legítima, quizás
entonces podríamos construir un país más justo para todos.
¡Ánimos Ada Colau! La lucha está en las calles y no en un plató de tele-basura.
Silvia
Perelló (@silvia_perrello) y Toni Velasco (@avelasgar)
No hay comentarios:
Publicar un comentario