sábado, 28 de octubre de 2017

EMOCIÓN Y ANGUSTIA

Desde el pasado 1 de Octubre, confieso que me siento embargado por dos sentimientos que se complementan el uno al otro: la emoción y la angustia.

Como el científico de pelo largo y expresión algo chiflada de la película Independence Day (la primera, la antigua), siento que estos últimos días han sido emocionantes, aunque es posible que todo se esté viniendo abajo (y no debido a inteligentes extraterrestres con poderes sensoriales precisamente), que estemos atravesando fronteras a las cuales quizás sea imposible retroceder, dinamitando puentes que quizás no puedan volver a construirse.

Estamos ante una larga partida de ajedrez sin precedentes en el estado español y en la que nunca había visto moverse tantas piezas, de ahí viene mi emoción como friki de la política y la historia que soy (hay frikis para todo, qué le vamos a hacer).

¿En qué consisten estos movimientos? Bien, antes que nada, decir que las situaciones de crisis como la que tantos años lleva sufriendo España son el mejor catalizador para los cambios históricos (por algo dijo Bertolt Brecht que las revoluciones se producen, generalmente, en los callejones sin salida) y que los Estados , y en su defecto, las leyes (el derecho), según la concepción marxista de ver y analizar la realidad, simplemente son estructuras levantadas por la clase dominante en una sociedad para defender sus intereses de clase, sus privilegios, su hegemonía (como dijo Gramsci: El derecho no expresa toda la sociedad, sino la clase dirigente, que "impone" a toda la sociedad las normas de conducta que están más ligadas a su razón de ser y a su desarrollo).

Decía que siento emoción porque veo en la actualidad procesos históricos que hasta hace poco solo había visto en los libros. A mi parecer, el conflicto catalán se asemeja más al proceso de independencia de una colonia de su metrópolis que, por ejemplo, una revolución de clase. Creo que es importante comprender esto, especialmente para ciertos sectores de la izquierda a los que veo algo perdidos y observándolo todo a demasiada distancia. No digo que Catalunya sea una colonia de España, digo que se asemejan las acciones que se están sucediendo estos días con los procesos de liberación nacional llevados a cabo por las antiguas colonias.

Ocurría en estos casos que, debido al comercio y la progresiva acumulación de capital por parte de una pequeña parte de las poblaciones que habitaban en las colonias (ya fueran los colonos ingleses en EE.UU. o algunos indios en la antigua India británica), poco a poco terminó por conformarse una burguesía nacional en estos lugares que, llegado el momento (crisis en el imperio sumado a revueltas y descontento en la colonia debido a los impuestos, entre otros) se unió a las clases obreras de las colonias para pelear por la independencia. Sin embargo, los intereses de la clase burguesa, aunque pueden coincidir en momentos como estos con los de las clases populares, pueden cambiar rápidamente porque esta es una clase que se encuentra en una situación intermedia entre la oligarquía y la clase trabajadora (es decir, aspiran y desean ser oligarquía y por eso se encuentran a gusto pactando con ella). La burguesía catalana, básicamente representada por la antigua CiU, se ha rebelado contra la oligarquía española al entenderse con fuerzas como ERC y hasta la CUP para proclamar la independencia, aunque como digo es posible que sus intereses cambien y abandone la lucha si cree que no le beneficiará lo suficiente o si alcanza un acuerdo con los poderes políticos y económicos españoles. Desde una perspectiva marxista se podría simplificar diciendo que los enemigos de clase de las colonias pueden unirse momentáneamente para pelear un enemigo mayor, para liberarse de su opresión tiránica (unos enfrentan la opresión económica, otros la física). No comprendo, después de analizar esto, por qué hay sectores de la izquierda que no apoyan al pueblo catalán arguyendo que este movimiento está liderado por la burguesía. ¿Acaso hubo algún movimiento de este tipo que no estuviera apoyado por esta?

Está, por otro lado, la respuesta del Estado, de la “metrópolis” y las patas que lo sostienen, convertida en distintas acciones: desde las judiciales y las represoras por parte de los equipos policiales, hasta las ideológicas y propagandísticas, de las cuales se encargan los medios de comunicación de masas. Tenemos, además, la respuesta de la oligarquía, las transnacionales, el poder económico, la clase dominante realmente, que mueve ficha buscando meter miedo a la población para que renuncie a sus derechos de soberanía, apoyando el relato de: o nosotros o la hecatombe. Y es que la política es eso, construir hegemonía contraponiendo relatos, interpretaciones de la realidad que no tienen porqué ser reales, sino que tienen por misión convencer a las masas, despertar sus emociones, instintos, incluido, por desgracia, el odio. En esta partida de ajedrez se ha movido incluso el rey, que salió a defender a las élites a las que sirve, como las sirvió su padre.

Siento, como dije, junto a la emoción, una pesada angustia que en ocasiones me sacude de arriba abajo, y es que si hay algo que caracteriza el presente es su incertidumbre, y si hay algo que caracteriza al ser humano, además de su violencia y su naturaleza social, quizás sea su miedo a que esa incertidumbre termine por arrebatarle lo poco que ha logrado reunir durante toda su vida. El miedo es un arma poderosa y los dirigentes políticos lo saben desde hace mucho, por eso se utiliza sin parar para conducir y domesticar las mentes de las masas.

Se han dado movimientos estratégicos que buscan deliberadamente generar miedo en la población catalana para que abandone sus ansias de independencia, como por ejemplo el de la oligarquía moviendo sus sedes fuera de Catalunya (acto meramente administrativo que no cambia nada, pero que los medios se han encargado de exagerar); o acudir a la extrema derecha, la cual goza de total impunidad para sembrar el terror como hemos podido ver en Barcelona o Valencia. Suele decirse que el capitalismo acude al fascismo cuando se ve acorralado, y creo que estamos asistiendo a la prueba tangible de que tal afirmación es cierta. Eso da miedo, es un problema muy grave, porque a su vez la extrema derecha actúa desde la ignorancia, lo que genera primero miedo y después odio y violencia desatada. Darle alas al fascismo es avivar un fuego que puede tornarse tan dañino como incontrolable, puede convertirse en una explosión sin precedentes en España, y a eso juega el gobierno de Rajoy, que sabe esto perfectamente pero que no duda en elevar el volumen de sus amenazas (tenemos el claro ejemplo de Pablo Casado y la referencia a Companys entre muchas otras). Creo de veras que Rajoy y los suyos, al alentar al nacionalismo español más exacerbado e incluso grotesco, están mandando un mensaje nada sutil a Catalunya: tenemos en nuestro haber a miles de ultranacionalistas derechistas, de nazis en definitiva, y no dudaremos en utilizarlos porque gozamos de impunidad, porque nuestros medios trabajarán para que parezca que toda la culpa es vuestra. Y, ojo, ese fascismo que hoy aprieta los dientes siempre estuvo ahí, agazapado, latente, escondido en su cueva; y si hay algo que podemos agradecerle al movimiento independentista catalán ha sido hacer que a la supuestamente democrática España se le caiga la careta. ¿Estaremos asistiendo al entierro del régimen del 78?

Estamos, en definitiva, en un callejón que se estrecha cada vez más, un callejón que no sabemos si nos lleva a algún lugar que no sea un abismo, un callejón del que parece va a ser imposible salir sin sufrir daños. La escalada de tensión es brutal. Con la DUI en Stand by se desatarán todavía más movimientos en esta partida de ajedrez y más emoción y angustia en mi humilde persona.



@avelasgar

No hay comentarios:

Publicar un comentario