domingo, 19 de enero de 2014

Gamonal, de la resignación a la acción.

Hace ya varios días que los vecinos del barrio burgalés de Gamonal decidieron tomar partido y comenzar una movilización para detener la ejecución de unas obras de costes desorbitados que pretendía llevar a cabo el gobierno municipal del PP. Lo que empezó siendo una reivindicación local ha acabado trascendiendo en todo el Estado español, convirtiéndose en un modelo de lucha popular, a pesar de los intentos de desprestigio por parte del gobierno y los medios.

El proyecto que ha suscitado este conflicto consiste en la remodelación de la calle Vitoria para convertirla en un bulevar de 800 metros y un parking subterráneo. La obra, cuyo presupuesto asciende a la escandalosa cifra de ocho millones de euros y cinco millones más para la construcción del parking, fue adjudicada por el gobierno del PP (presidido por Javier Lacalle) a un grupo de empresas cuyo beneficiario es Antonio Miguel Méndez Pozo (una de las cuales a su vez debe varias nóminas a gran parte de sus empleados). Dicho individuo es también el propietario del periódico más leído de la provincia (Diario de Burgos) y el presidente de la Cámara de Comercio de Burgos. Si indagamos en el pasado de Méndez Pozo, encontramos que, sorprendentemente, en 1992 fue condenado a varios años de prisión por delitos de corrupción. Pero lo que es aún más sorprendente es que el empresario únicamente cumplió 9 meses de dicha condena.

El Diario de Burgos no duda en tildar de violentas las protestas vecinales


Sin embargo, la brillante carrera de Méndez Pozo no acaba ahí. Es socio de la Radiotelevisión de Castilla y León junto con uno de los empresarios imputados en la trama Gürtel, José Luis Ulibarri. Es también intimo amigo de José María Aznar, el cual indultó al entonces alcalde de Burgos, José María Peña, que fue condenado por el mismo caso de corrupción que el empresario.

El historial recitado anteriormente, de sobras conocido por los vecinos de Gamonal, ha sido detonante del enfrentamiento, pero no el único. Resulta poco adecuado que una obra de semejante magnitud pretenda ser llevada a cabo en el barrio con las cifras más altas de paro y pobreza de Burgos, donde la mitad de los parados no cobra subsidio alguno. Además, el Ayuntamiento está profundamente endeudado (643 millones según el Partido Castellano) y ha llevado adelante fuertes políticas de recortes (por ejemplo el apagado de parte del alumbrado público) y subidas de impuestos (como el IBI, entre otros).

Por si esto no fuera poco, el gobierno se tomó la libertad de cerrar dos centros de educación infantil imprescindibles por una supuesta falta de presupuesto, cuando el coste necesario para mantener al menos uno de ellos abierto era de 187.000 euros, lo que representa menos del 2,5% de lo que costarían las obras de la discordia. Ni la recogida de 13.000 firmas por parte de los vecinos de Burgos pudo evitar el cierre del centro.

Es importante comprender que la revuelta generada por el proyecto del bulevar y el parking simplemente ha sido el último de varios casos de corrupción urbanística. Prueba de ello es que Burgos era la cuarta ciudad de España con los precios más altos en la vivienda, a pesar de no ser una ciudad de grandes dimensiones o importancia.

En 2005 el Gamonal vivió una situación similar a la actual, cuando los vecinos tuvieron que manifestarse para evitar lo que fue el primer intento por parte del gobierno de construir este parking subterráneo. Eventos como el descrito ponen de manifiesto que la lucha vecinal de Gamonal por defender sus derechos ha sido constante y necesaria a lo largo de los últimos años.

El gobierno, por su parte, se ha escudado en su programa electoral y justificó así la obra. Puede que el PP gobierne la ciudad pero el hecho de haber ganado en la urnas no le da derecho a tomar decisiones pasando por encima de los vecinos, cuando se trata de una obra que va a afectarles directamente. El barrio ha expresado su descontento y el alcalde está obligado a escucharles, porque en eso consiste la democracia (el gobierno dice haber hablado con las asociaciones de vecinos para aprobar el proyecto pero se demostró que esto era falso).

El resultado del atrevimiento del gobierno burgalés es de sobras conocido. Los vecinos han salido en tromba a defender su postura en contra del proyecto y a pedir que se les escuche. Miles de personas se han manifestado, día tras día, para paralizar las obras, llegándose incluso a construir barricadas, destruir sucursales bancarias o quemar casetas de obra. Dicha situación suscitó la intervención de la policía y violentas cargas por parte de los antidisturbios, además de la detención de varios vecinos y la instauración de un toque de queda.


La manipulación mediática no se ha hecho esperar. El alcalde de Burgos declaraba que “No se puede permitir que una minoría de violentos doblegue la voluntad democrática”, en un intento por desprestigiar las protestas vecinales. Francisco Martínez, secretario de Estado de Seguridad, tampoco le tembló el pulso al afirmar que las protestas burgalesas estaban alentadas por grupos de radicales “antisistema”, a pesar de que el Tribunal Superior de Justicia de Castilla y León aclarase que la mayoría de detenidos eran vecinos de Burgos sin antecedente alguno. Tampoco podía faltar la ilustre Ana Botella, quien no dudó en calificar las protestas de Gamonal como “atentados” y quedarse tan ancha.


Por otra parte, medios tan importantes como La Sexta o Televisión Española se sumaron también a las manipulaciones, poniendo de manifiesto a qué autoridades responden.


En el video vemos que la manipulación es evidente. ¿Dónde está la “muchísima violencia” y tensión que describe la periodista? ¿Y las vallas por los aires? ¿Poner una pancarta durante un segundo delante de la cámara es impedir trabajar a un periodista? ¿Y los grupos que golpean el mobiliario urbano, dónde están?


En el segundo video, los periodistas de RTVE, desde el plató, afirman que haber corregido al corresponsal en Gamonal es “poner en peligro su integridad”. ¿”Dejar trabajar a los periodistas” significa entonces permitir que se manipulen los hechos sin intervenir? ¿El malo es el vecino por corregir al periodista y decir la verdad o el periodista que miente y tergiversa para poner a la opinión pública en contra de unos vecinos que están luchando para que no se les pisotee?

La linea de sucesos que se han vivido en Gamonal son un retrato perfecto de lo que tantos años lleva sucediendo en España: especulación y corrupción urbanística (políticos que adjudican proyectos financiados con dinero público a sus amigos empresarios para que puedan forrarse) que genera deudas impagables, provocando de este modo recortes sociales y precariedad.

Estos hechos han trascendido en todo el país porque reflejan un modelo que lleva repitiéndose demasiado tiempo y del que el pueblo empieza a hartarse. La posibilidad de que el pueblo español pueda sentirse identificado con este proceso y llegue a tomarlo como modelo de lucha, asusta al gobierno y a las élites económicas, que intentan manipular lo sucedido (mediante los medios de comunicación a su servicio) con el objetivo de enfrentar al mismo pueblo español y la gente del barrio de Gamonal y generar división.

Pero a pesar de los intentos de desprestigio, las protestas del barrio han despertado en otros puntos del país la convicción de que manifestarse y luchar por aquello que se considera justo funciona. Gamonal ha de ser un ejemplo de que no hay que resignarse ante las injusticias y que realmente se pueden cambiar las cosas si se actúa en colectivo.

¿Qué es más violento, unos contenedores quemados o un barrio abocado a la precariedad, los recortes y el desprecio de los que se dicen representantes del pueblo? Es importante no quedarse con la anécdota de la caseta o el contenedor quemado, sino intentar averiguar sus causas. Hemos visto que Gamonal, tras pasarlo mal durante mucho tiempo, ha decidido responder. No se puede tener a un barrio sumido en la precariedad y pretender que sus vecinos nunca lleguen a rebelarse, quizás a veces de forma violenta. Toda resignación tiene un límite, el cual se ha superado en Gamonal. El gobierno y los medios se escandalizan y condenan dicha violencia, pero sus autores han sido detenidos y sobre ellos ha caído todo el peso de la ley, mientras los banqueros, empresarios y políticos que se han dedicado a arruinar el país (y en última instancia han sido los causantes de dichas protestas) siguen en la calle.

La muestra de que la lucha colectiva surte efecto es que Lacalle ha anunciado la paralización definitiva de las obras de la calle Vitoria. Los vecinos de Gamonal han demostrado que podemos hacer que el miedo cambie de bando, realmente se han convertido en un referente a nivel nacional y prueba de ello son las manifestaciones de apoyo acontecidas en diversas ciudades del país.

Como dijo un manifestante en Barcelona durante la concentración de apoyo: “Para llenar las calles de ciudadanía primero hay que llenar las cabezas de sabiduría”. Esa sabiduría pasa, necesariamente, por entender que somos mayoría, que compartimos los mismos intereses y necesidades pero que nos encontramos sometidos a las exigencias de una minoría que, utilizando todos sus medios, intenta enfrentarnos unos con otros para que no podamos identificar y enfrentar al verdadero enemigo.




Silvia Perelló (@silvia_perello) y Antonio Velasco (@avelasgar)

2 comentarios:

  1. !Enhorabuena por el artículo!
    Muy bien indagado sobre Antonio Miguel Méndez Pozo. Creo que es muy importante saber quien forma parte del conflicto para entender la situación y, almenos por mi parte, aunque haya visto las noticias por televisión no sabía nada al respecto de este hombre. ¿Manipulación? Hay que ser críticos, en el primer vídeo vemos como la chica habla de gran violencia mientras unas personas chutan unas vayas de plástico y acto seguido pasan dos niños por delante de la cámara en lo que se nos informa que es un acto peligroso hasta para la misma periodista y respecto al siguiente vídeo, diferenciar comercio y banco es un hecho... da que pensar.
    ¿Periodismo profesional? Os pagaría antes a vosotros que a los profesionales televisivos.

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  2. GOOD JOB!! Tenéis un seguidor mas. ;-)

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