miércoles, 29 de enero de 2014

SI UCRANIA FUESE ESPAÑA

Las revueltas en Ucrania, que empezaron la noche del 21 de noviembre cuando el presidente Viktor Yanukóvich se negó a firmar el tratado de asociación y de libre comercio con la UE, continúan. Todos hemos podido ver imágenes y vídeos de esta supuesta revolución del pueblo en los medios de comunicación. Sin embargo, y como de costumbre, estos grandes medios nos están explicando dichos sucesos de una manera muy particular.

Basándonos en esta premisa, pretendo hacer aquí un ejercicio que consiste en trasladar el lenguaje utilizado por los medios en Ucrania a nuestro país. Al fin y al cabo, una protesta es una protesta aquí, en Ucrania, en Seúl o en cualquier otra parte del mundo ¿no? ¿Cambia el lenguaje utilizado por la prensa y la televisión dependiendo del lugar donde se suceda una revuelta “popular”? Si es así ¿A qué se debe?

Comenzamos comparando artículos y portadas de periódicos españoles en los cuales se habla, por un lado, de protestas sucedidas en España y por el otro, de las acaecidas en Ucrania. Se observa que el lenguaje es casi totalmente opuesto.


En la imagen de la izquierda hablan de la dura represión policial y de 5 muertos cuando estos ni siquiera habían sido confirmados. Por otra parte, en la imagen de la derecha (manifestación pacífica del 15M en la Puerta del Sol) se decía que los manifestantes estaban atentando contra “la integridad estatal”.

Parece que los malos en la portada de la derecha son los policías y el gobierno de Ucrania y en la de la izquierda el malo es el pueblo. Es necesario decir que el gobierno de Ucrania no es ningún santo, pero lo que demuestra esta simple comparativa de portadas es que parece que para el ABC ciertas movilizaciones están justificadas (la de Ucrania en este caso) y otras no (la del 15M).


El periódico El Mundo no se queda atrás. No se corta al tildar de “atentados” los sucesos de Gamonal y hablar de “violencia contra la democracia” mientras defiende que hay que esperar a las elecciones.

Por otro lado, su lenguaje es totalmente distinto al hablar de Kiev. Se refiere a los manifestantes como “población aterrorizada que no renuncia a luchar por sus derechos”.

Vuelve a parecer que hay ciertas revueltas que son aceptadas y otras que no lo son, en este caso para el periódico El Mundo. ¿Acaso no luchaban por sus derechos los vecinos de Gamonal? El lenguaje es totalmente distinto entre una y otra protesta.

Pero no acaba aquí la cosa, hay mucho más. Si hipotéticamente en España estuviese sucediendo lo mismo que en Ucrania, ¿Cómo serían descritas estas protestas? Sería algo así:

Si Ucrania fuese España, los medios no hablarían de “gobierno español” sino de “régimen”.

Si Ucrania fuese España, los ciudadanos que protestan no serían “radicales y violentos” sino que pasarían a ser “manifestantes y activistas”, conformando “movilizaciones ciudadanas”.


Si Ucrania fuese España, la Ley de seguridad ciudadana sería una “Ley dictatorial”.

Si Ucrania fuese España, tanto la UE como EEUU apoyarían las protestas, los manifestantes  tendrían legitimidad para pedir la dimisión de un gobierno escogido democráticamente y los medios jamás hablarían de “radicales”, “violencia” o de “extrema izquierda antidemocrática”.

Si Ucrania fuese España, los medios alabarían la intromisión de líderes de países extranjeros que portan comida a los manifestantes y les alientan a seguir resistiendo para derrocar al gobierno. ¿Os imagináis que durante el 15M hubiesen venido altos cargos de otros países a animar a los manifestantes a derrocar al gobierno español? ¿Qué hubiesen dicho los medios de comunicación?

Si Ucrania fuese España, los medios no se escandalizarían al ver a los manifestantes construir barricadas, montar una catapulta, incendiar vehículos y asaltar con armas edificios del gobierno.



Si Ucrania fuese España, la UE y EEUU condenarían la violencia policial, calificándola de “antidemocrática”.

Si Ucrania fuese España, el sector democrático sería la oposición y el sector antidemocrático el gobierno.

Si Ucrania fuese España, los medios no se escandalizarían ante el secuestro de policías por parte de manifestantes (incluso se habla de torturas).

Si Ucrania fuese España, los manifestantes estarían financiados por el Gobierno estadounidense.

Si Ucrania fuese España, los medios ocultarían que uno de los partidos que está detrás de las protestas es nazi (Svoboda).

Si Ucrania fuese España, los medios no encontrarían extraño que los manifestantes, tras haber tomado el Ayuntamiento de la capital, expusieran en él la fotografía de un colaboracionista nazi.

El Ayuntamiento de Kiev, con banderas del partido fascista Svoboda y el retrato del colaboracionista nazi Stepan Bandera.

Si Ucrania fuese España, los medios no tardarían en hablar de “Revolución”, obviando la violencia de radicales de ultraderecha e incluso ocultando la simbología nazi que puede verse en las protestas.


Parece que está claro que los grandes medios de comunicación españoles adoptan uno u otro lenguaje dependiendo de las protestas y de donde se sucedan. Para comprender la razón de este fenómeno es necesario tener claro que estos medios tienen dueños que, en el caso ucraniano, se verían favorecidos si el gobierno actual cayera. ¿Por qué sino iban a apoyar a los manifestantes, algunos de los cuales se declaran abiertamente nazis? ¿Por qué no apoyaron, sin embargo, al 15M o a los vecinos de Gamonal? El lector se dará cuenta de que dichas revueltas por el contrario, no beneficiaban a los dueños de los medios, ya que iban en contra del sistema establecido, ese sistema que beneficia a las élites económicas, que a su vez incluyen a los mencionados dueños de los medios (recordemos, a modo de ejemplo, que la empresa beneficiada de las obras que iban a realizarse en Gamonal era el dueño del periódico más leído de Burgos).


Algunos manifestantes portan simbología nazi.

Los dueños de los grandes medios de comunicación son grupos económicos que suelen realizar inversiones en otros sectores (incluso el bancario) y controlar a la opinión pública mediante dichos medios les favorece ampliamente a la hora de justificar y preservar sus negocios. Además, dichas empresas también se ven beneficiadas por las permisivas y poco rigurosas políticas fiscales de ciertos gobiernos (por ejemplo la amnistía fiscal para grandes defraudadores que realizó el PP). Por lo tanto, la gente que controla los medios tiene unos intereses específicos y luchará con todas sus fuerzas (que no son pocas) para defenderlos. De hecho, si estos grandes grupos adquieren medios de comunicación, no lo hacen por filantropía, sino para proteger sus propios negocios. Mediante la manipulación intentan convencer al pueblo de que sus intereses son los mejores para todos. ¿Cuántas veces hemos oído a Rajoy decir que “no tenía otra opción”, refiriéndose a los recortes que ha llevado a cabo a lo largo de su mandato? ¿Realmente no tenía otra salida? ¿O es que las demás iban en contra de sus intereses? Pasa exactamente lo mismo con los medios de comunicación.

Por otro lado, el bombardeo televisivo de un conflicto determinado influye notablemente en la población a la hora de crear una opinión en ella. Actualmente hay decenas de conflictos en todo el mundo, pero sin embargo parece que sólo existe el ucraniano. ¿Por qué esa necesidad de emitir día tras día lo que está sucediendo en Ucrania? Esto se debe a que las grandes potencias imperialistas (EEUU, UE, Rusia, China) tienen un especial interés en este determinado país y necesitan imponer su visión y sus intereses a la población utilizando los medios que controlan y así generar presión. De este modo tergiversan lo que allí está sucediendo, tildando de dictatorial al gobierno y de héroes a los manifestantes. No es poca la gente que se dice de izquierdas que está apoyando estas revueltas a ciegas, cuando es algo mucho más complejo de lo que nos muestran los medios.


Esto no significa, que quede claro, que el gobierno actual, aunque escogido democráticamente, no esté adoptando medidas neoliberales que van en contra de los intereses de la mayor parte de los ucranianos. De hecho, la mayoría de manifestantes han salido a la calle para mostrar su disconformidad con el gobierno y la corrupción. El problema es que EEUU y la UE están utilizando la protesta del pueblo ucraniano, el cual es cada vez más pobre debido a la crisis económica, para conseguir sus propósitos. Poco le importa a la UE o a EEUU la situación de miseria que viven los ucranianos, ellos quieren privatizar las minas de carbón del país, imponer el neoliberalismo en la zona y complicarle la vida a Rusia y a China.

Se estima que 1 de cada 8 ucranianos vive en la extrema pobreza y que más del 25% de los habitantes de Ucrania es indigente. Además, el precio de la luz ha subido notablemente estos últimos años y por si fuera poco se han privatizado sectores estratégicos en favor de grandes multinacionales extranjeras. La extrema derecha, a su vez, aunque es minoritaria, también se aprovecha de esta situación para desestabilizar al gobierno y ganar adeptos. No han dudado en achacar los males que pasa el país, entre otros, al comunismo, llegando a prohibir al Partido Comunista de Ucrania en 2 regiones (partido que recogió más de 3,5 millones de firmas para hacer un referéndum para que el pueblo decidiera acercarse o no a la UE).


Esta situación de crisis y pobreza creciente ha hecho reaccionar a la oposición, que junto a altos dirigentes de la UE prometen al pueblo que alejándose de Rusia y uniéndose a la comunidad europea su situación mejorará. En nuestro país, sin embargo, estamos viendo que la UE no tiene futuro si continúa tal y como la conocemos. No obstante, una parte de la población ucraniana se ha creído estos cantos de sirena y tiene fe en una UE llena de oportunidades que les hará salir de su situación de precariedad.

Como vemos, en Ucrania existen, desde hace ya muchos años, un cúmulo de intereses cruzados entre las diversas superpotencias imperialistas mundiales por controlar económica y geopolíticamente la zona. Ni al gobierno ucraniano ni a las potencias occidentales que se están entrometiendo en los conflictos internos del país les importa lo más mínimo la situación del pueblo. Nadie sabe si esto puede desencadenar una guerra civil en el país, si el gobierno actual dimitirá o Dios sabe qué.

Ucrania no es España, ha quedado claro. Ambos países, sin embargo, tienen cosas en común: ambos pueblos están siendo manipulados burdamente (por los medios el español y el ucraniano por la oposición, la UE, EEUU e incluso Rusia), se encuentran sometidos a un gobierno corrupto y, además, están sufriendo una severa crisis que no han provocado.

El caso de Ucrania es sólo uno de los muchos ejemplos de manipulación mediática que podríamos encontrar. Otro ejemplo lo encontramos en Venezuela. ¿Acaso es una coincidencia que los medios tachen de dictador ahora a Maduro y antes a Chávez cuando ambos han sido escogidos democráticamente y nunca hayan denunciado a países realmente dictatoriales (monarquías absolutas) como Catar o Arabia Saudí (los tres países petroleros)? ¿No será que los intereses de estos grupos económicos están asegurados en Catar y Arabia Saudí pero no en Venezuela? Los medios han conseguido poner a la opinión pública de su parte y en contra de un gobierno legítimo y que está mejorando la vida de los venezolanos (aunque, por supuesto, hay cosas mejorables). Ahora intentan hacer lo mismo en Ucrania.

Este ejemplo muestra el gran poder que tienen los medios (mucho más del que la gente suele pensar) y el peligro que supone que la gente crea ciegamente lo que le dice la televisión o el periódico. Hasta que el pueblo no comprenda que a los medios los manejan personas con intereses contrarios a él, seguiremos sometidos y seremos incapaces de localizar y luchar unidos contra nuestro verdadero enemigo de clase.




Antonio Velasco (@avelasgar)

2 comentarios:

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  2. Hace unos años trabajé en Inglaterra y allí tuve como compañeros de trabajo a un ucraniano y a un polaco. Eran dos personas que ya tenían su familia hecha, que tenían bastantes experiencias ya vividas y ellos aprovechaban esto para explicarme cuatro cosas entre ellas sus opiniones. Un día, tocó Franco y el comunismo. Me dijeron que el comunismo era malo porque ellos lo sufrieron en su país, que fueron años de largas penúrias donde se trabajaba para Rusia cuando no tenían ni para ellos mismos. Y, si para ellos el comunismo era malo y Franco luchaba contra el comunismo, Franco era bueno. Respondí que Franco fue un genocida y que era imposible considerar bueno a Franco. Ellos dijeron que Franco no mató tantas personas como el comunismo y además que el comunismo duró más que el franquismo. Me chocó que alguien pudiera creer que Franco era bueno o un mal menor, pero entendí que con la URSS hubo sufrimiento en muchos paises del este y que todo lo que luchaba contra aquél comunismo era bueno.
    Ahora que en este escrito hablabas de que salían imágenes nazis, me ha hecho pensar en estos dos excompañeros mios, que no eran nazis pero que no veían con malos ojos a Franco. Me pregunto como fue el caso, si un ucraniano y un polaco piensan igual aun siendo de paises distintos. ¿Serán opiniones o pensamientos corrientes en paises del este? ¿Se tendrá reparo sobre el comunismo y no sobre los movimientos de derechas?

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